Griselda Reyes: Yo me quedo en Venezuela

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La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el foro “Yo me quedo en Venezuela” que organizaron la Escuela de Estudios Internacionales y el movimiento Alternativa UCV de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela.

Seis personajes, con distintos intereses y profesiones, pero con un aspecto en común, expusimos ante un nutrido grupo de jovencísimos estudiantes las razones por las cuales no nos vamos de nuestro país, aun cuando tenemos la posibilidad de hacerlo.





Muchas personas critican a quienes se han ido de Venezuela-. Este gobierno se ha encargado de cerrar las puertas a millones de personas, sin distinción de sexo, edad, condición social, religión o pensamiento político, situación que ha generado una migración forzosa de hombres, mujeres, niños y ancianos a otros países tratando de hacer algún dinero que les permita mejorar su calidad de vida y a la vez ayudar a los familiares que dejan atrás.

Antes de cuestionar a esos millones que decidieron traspasar las fronteras, pongámonos en sus zapatos porque para ellos la decisión de emigrar es tan difícil como la de quedarse en casa. Hoy Venezuela está desparramada principalmente en EEUU, Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Panamá, España, Italia, Portugal e incluso las islas cercanas de Aruba, Curazao y Bonaire.

Hace nueve años y desde mi fundación Gente en Positivo, comencé a trabajar en sectores de extrema pobreza en varios estados del país y en los últimos cuatro años específicamente en el municipio Baruta del estado Miranda.

Como empresaria del sector salud, he tenido mis altibajos, como todo el mundo, porque los empresarios quebramos y nos levantamos; porque los países entran en crisis y luego salen adelante. De cada tropiezo me he levantado fortalecida, porque cada caída es un aprendizaje, siempre y cuando creamos en nosotros mismos y en nuestra capacidad como individuo.

Yo me atrevo a quedarme en Venezuela. Ese es el slogan de mi fundación Gente en Positivo y así se lo hice saber a pléyade de jóvenes que acudieron al foro, ávidos de razones para quedarse aquí.

Mi hijo de 12 años se niega a abandonar el país. Es un niño muy maduro para su edad y eso me enorgullece, porque ha demostrado ser muy humano y solidario. Y desde ya se siente comprometido a trabajar en la reconstrucción de Venezuela.

Es verdad que vivimos una situación caótica, a todos nos afecta la inseguridad, la hiperinflación, la escasez de comida y medicinas, el desabastecimiento, las colas, las fallas en los servicios básicos, la deserción escolar, el ausentismo laboral y una larga coletilla de problemas, pero veamos el lado positivo.

Cuando mucho jóvenes acuden a diario a las aulas de clases a formarse como profesionales, pese a las adversidades, se te forma un nudo en la garganta porque sabes que Venezuela tiene con qué salir adelante.

Ese día en la UCV, le dije a estos muchachos que Venezuela espera mucho de sus hijos y les indiqué que este proceso, hasta ahora desconocido por nosotros, debe hacernos crecer como personas, evolucionar como ciudadanos y transformarnos como nación.

Venezuela ha involucionado en los últimos años, pero ahí están todos esos jóvenes tercos, voluntariosos, preparándose, aun cuando muchos salen de sus casas sin comer, piden cola para llegar a clases porque no tienen plata o asisten a sus salones con los zapatos o la ropa rota. Nunca se avergüencen de ello ni se sientan menos que nadie, porque cuando reciban sus títulos y empiecen a poner en práctica sus conocimientos sabrán que ese sacrificio valió la pena.

¿Por qué me quedo en Venezuela?

Me quedo en Venezuela porque es el país donde nací, porque es el país que amo y no lo cambio por nada. He viajado y respeto, como les dije, a quienes tomaron la decisión de salir de aquí para intentar conseguir un mejor destino, pero es terrible cuando llegas a otros países y ves a venezolanos en plazas y espacios públicos llorando porque no consiguen trabajo, porque vendieron lo poco que tenían para probar suerte en otro lado y lo perdieron todo, porque no tienen una mano amiga que les ayude a superar los primeros días o semanas o porque ni siquiera tienen los recursos para regresar a Venezuela. Eso es duro.

Me quedo en Venezuela porque hay muchas organizaciones como Gente en Positivo, que apuestan a la recuperación del país y que desde hace años venimos trabajando en ello mediante la formación de principios y valores en poblaciones vulnerables.

Me quedo en Venezuela porque hay una reserva moral importante que se refleja en esos jóvenes que pudiendo irse, siguen aquí estudiando y formándose para actuar cuando esto cambie.

Me quedo en Venezuela porque éste, indiscutiblemente, es un país de oportunidades. Así como yo me formé y salí de abajo, todos y cada uno de ustedes puede hacerlo preservando en el camino sus principios y valores.

Me quedo en Venezuela porque hay mucho trabajo por hacer, particularmente en esas zonas populares y rurales que son los más golpeados por la crisis, pero también por la debacle de valores y principios. Hay que empezar a reeducar, a tenderles la mano a quienes no tienen las herramientas para superar la crisis y miren que no se trata solo del aspecto material. Hay personas que necesitan sólo palabras de aliento, compañía, un abrazo o una sonrisa o alguien que los ayude a descubrir sus potenciales, porque sí, todos los seres humanos tenemos aptitudes para algo.

Me quedo en Venezuela porque lo único seguro es el cambio y eso nos obliga a transformarnos, a reinventarnos. Donde muchos ven crisis nosotros tenemos que ver oportunidades. Hoy en Venezuela, hay negocios que siguen siendo rentables, pero otros dejaron de serlo. Entonces hay que reinventarse para sobrevivir. Si no sabes cómo, intenta reunirte con gente que ha sido y es exitosa.

Me quedo en Venezuela porque al haberse ido gente tan valiosa ¿Quién se va a encargar de reconstruir el país? Debemos aprovechar los espacios vacíos que están dejando los que decidieron marcharse para posicionarnos en ellos.

Me quedo en Venezuela porque esta mala experiencia, que va a pasar más pronto que tarde, nos tiene que fortalecer como Nación y desde ya debemos comenzar a construir ciudadanía.

Me quedo en Venezuela porque éste es un país maravilloso. Y a quienes hablan mal de él, tanto adentro como afuera, debemos darles lecciones para que aprendan a desarrollar el sentido de pertenencia y de responsabilidad con su país.

Me quedo en Venezuela porque soy una optimista empedernida.

Me quedo en Venezuela porque los venezolanos somos cálidos, solidarios, optimistas, serviciales, receptivos, espontáneos, bromistas, nobles y esas cualidades no las vas a conseguir en ningún otro país.

Me quedo en Venezuela porque poseemos todos los paisajes que podemos soñar, todos los climas que se puedan desear y una noción de solidaridad que nos hace únicos.

Me quedo en Venezuela porque tenemos que aprender a asumir responsabilidades con nuestra nación y no buscar a terceros que nos hagan el trabajo. Cuando tenemos un problema personal, escudriñamos cómo resolverlo. Así también ocurre con el país y hoy Venezuela necesita del concurso de todos sus hijos para salir del foso.

Me quedo en Venezuela porque siempre vamos a tener un motivo por qué luchar, una razón para levantarnos de la cama.

Me quedo en Venezuela porque el trabajo de educación, formación y guía de la población no termina nunca. Siempre habrá venezolanos a quienes tenderle la mano.

Lic. Griselda Reyes

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