Sin edad para ser presos políticos, por José Luis Centeno S

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El drama de las madres venezolanas no cesa. “En Venezuela nuestros niños son víctimas de desnutrición, de muertes por un paupérrimo sistema de salud, y también son víctimas de detenciones irregulares y arbitrarias violando sus DDHH”, advirtió la @DraNils con una frase lapidaria: “les roban su infancia”. Al respecto, Cristian Crespo F. (?@cristiancrespoj) fue incisivo: “El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.” El niño del video es Dylan Canache, un valiente “skater”, que por luchar y hacerse responsable de las malas decisiones de los adultos de #Venezuela, hoy cumple 65 días secuestrado y torturado por la Narcotiranía de Maduro”.

Los casos de menores de edad secuestrados en El Helicoide, por razones eminentemente políticas, plantean interrogantes que trascienden el ámbito de la administración de justicia, por evidenciar su incapacidad para defender los valores constitucionales, con lo que se demuestra la imposibilidad de alcanzar los ideales de justicia, prosperidad y progreso en un contexto donde la seguridad es un pilar de la conservación autoritaria del poder y no de la estabilidad de la nación, de allí que todo sea visto por el régimen como amenazas fundamentales, incluyendo menores de edad, que en el supuesto del todo negado de haber cometido faltas, los asisten garantías básicas y especiales.





El hecho de que sólo unos pocos parlamentarios hayan alzado su voz de repudio ante tan deleznables circunstancias, plantea discrepancias insalvables entre la clase política que secuestró la Asamblea Nacional de Venezuela y la mayoría de los venezolanos, conduciendo al conflicto de incompatibilidad del discurso político cantiflérico encumbrado desde el parlamento nacional y el “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, según el cual “la detención arbitraria de menores de edad por razones políticas representa un absoluto abuso de autoridad y es algo repudiable para todos quienes creemos en el respeto de la dignidad del hombre, y especialmente en el respeto y cuidado de menores de edad.”

Cuatro menores de edad, Dylan Canache, Andrés Aserraf, Betzaida Martínez y Elianys Rodríguez, detenidos irregular y arbitrariamente desde hace más de dos meses, están cautivos en El Helicoide, sin acceso al sol, arrinconados como animales, pues no se les reconoce ni siquiera que tienen familia, padres, madres, hermanos, lo cual es como negar su condición humana regida por afectos, sobre todo en esta etapa de la vida en que les están matando los sueños con un ensañamiento proverbial, con sus procesos judiciales engavetados o, algo más mordaz, con inefectivas Boletas de Excarcelación, arbitrariedades que han afectado igualmente a Diego Gomes de Caires, a Yonger Rosales, a Michael Betancourt y Ender González, quien apenas hace unos días cumplió su mayoría de edad.

Enrique Aristeguieta (@EAristeguieta), como el caballero que se caracteriza ser, reveló una perspectiva temible de este caso: “Conocí a Betzaida y Elianes durante mi corta visita involuntaria al Sebin. Tenerlas allí a ellas y los otros menores es una infamia propia de gente mala y primitiva. El Gral. Gómez, con toda su rusticidad y maldad, siempre respeto a las mujeres.” Si los menores de edad, los que aún lo son y los que dejaron de serlo tras las rejas, fueron apresados por manifestarse en contra del régimen, participando en protestas o no, es un claro indicio de lo hondo que ha calado la crisis que se nos vino encima de forma arrolladora y de cómo nos afecta a todos por igual, dejando secuelas irreparables en nuestros chamos, sobre todo en quienes como Dylan, Andrés, Betzaida y Elianys no tienen edad para ser presos políticos.

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