Lo que piensan los cucuteños de la migración venezolana

Lo que piensan los cucuteños de la migración venezolana

Decenas de personas intentan regresar a Venezuela desde Colombia a través del puente internacional Simon Bolívar en Cúcuta, Colombia. 13 febrero 2018. REUTERS/Carlos Eduardo Ramírez
Decenas de personas intentan regresar a Venezuela desde Colombia a través del puente internacional Simon Bolívar en Cúcuta, Colombia. 13 febrero 2018. REUTERS/Carlos Eduardo Ramírez

 

Más allá de los venezolanos que viven en las calles y de los brotes de estigmatización hacia ellos que se han presentado en algunas ciudades del país; la migración de ciudadanos del país vecino enfrenta a Colombia a uno de sus mayores retos y, tal vez, a una gran oportunidad de cambio, reseñó La Opinión. 

Hoy, la situación es crítica y el Estado colombiano parece verse desbordado por el fenómeno que en 2017 generó la llegada de 550.000 venezolanos y este año, durante los primeros dos meses, sumó 100.000 más. Esto de acuerdo con las cifras de Migración Colombia, en donde no se suman las personas que pasan de forma ilegal la frontera ni la de los colombianos que antes vivían en el país vecino y ahora están retornando.





“Ningún país está preparado para eso. Este es el problema más importante del Estado en la próxima década”, dijo Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario.

Los efectos de esta llegada masiva ya se sienten en la sociedad. En Cúcuta, una de las ciudades del país en donde más evidente se hace está dinámica migratoria, el 66% de los habitantes ven el fenómeno como una amenaza y el 65% piensa que el cierre fronterizo ha sido negativo, según los resultados de la encuesta de percepción ciudadana del programa ‘Cúcuta Cómo Vamos’, hecha en 2017.

La situación no va a mejorar. Se espera que antes de 2019 salgan de Venezuela entre 2 y 4 millones de habitantes, muchos de ellos hacia Colombia, destacó el politólogo.

Foto extraída de La Opinión
Foto extraída de La Opinión


Un país de migrantes

Colombia tiene la oportunidad de convertirse en un ejemplo mundial de integración social con la crisis migratoria, pero para eso, el país debe dar un giro a sus políticas de aceptación de extranjeros.

“Históricamente, Colombia nunca se ha entendido como un país de migrantes. Desde la colonia hasta la república, llegando al siglo XX, Colombia a diferencia de otros países como Venezuela, Brasil, Uruguay y Argentina, nunca hizo políticas para recibir migrantes, que fue una estrategia que ellos usaron para recibir gente capacitada, poblaciones que podrían entrar a trabajar”, dijo el antropólogo Juan Thomás Ordoñez, que tiene más de 17 años trabajando en fenómenos migratorios, entre ellos el de Estados Unidos y México, así como el de pueblos indígenas entre Ecuador y Colombia.

En efecto, Rodríguez señaló que Venezuela es uno de eso países que gracias a la dinámica migratoria adquirió una serie de conocimientos por la llegada de españoles, alemanes, italianos,

portugueses y hasta colombianos, que la hicieron desarrollarse y ahora, parte de esos saberes le van a aportar a Colombia.

Lo importante ahora es que Colombia debe darse cuenta de que las poblaciones migrantes cambian la demografía de un país. “Colombia debe repensarse desde el Estado, la sociedad y entender que este va a ser un país de migrantes. Se debería aprovechar esta coyuntura para imaginar que significa eso. Nosotros tendemos a pensar las minorías étnicas en términos de raizales, indígenas o afrodescendientes, pero en Estados Unidos o Europa, los grupos étnicos son migrantes y el reconocimiento a estas poblaciones que no son mayoritarias las debe dar el Estado”, dijo Ordoñez, docente de la Universidad del Rosario.

El pensamiento de Rodríguez no es diferente. Para él, “esto nos va a transformar, Colombia no va a ser la misma”, porque la migración rompe las lógicas de competencia, donde el ciudadano se puede ver claramente beneficiado.

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