Primero Dios, por Freddy Paz

Primero Dios, por Freddy Paz

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La política es eso, mera política, asuntos humanos, aunque muchos de los hombres que la regentan se endiosen. Dios sigue siendo Dios y su Reino sigue siendo decisivo para el sentido de la vida humana, y a Dios se le deben los tributos, la honra y la gloria que le corresponden como a Dios único.

Samuel, el último de los Jueces, trató de convencer al pueblo de Dios que no necesitaba un rey y que estaría mejor sin uno. “Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a Samuel. Y dijeron: ¡No! , que haya rey sobre nosotros. El rey nos gobernará, saldrá al frente de nosotros y llevará a cabo nuestras batallas.”





A lo largo de la historia, los pueblos que han puesto a Dios de primero, han tenido gozo, bendición del señor. La Biblia relata historias como David, José, Daniel, que pusieron a Dios de primero, que lo honraron y glorificaron. Y recibieron su bendición.

Caso Contrario, sucedió con otros hombres no temerosos de Dios, hombres que desobedecieron a Dios. Cómo SAUL, primer Rey de Israel, personaje central de los capítulos 13 al 31 del libro 1 de Samuel. Su historia es triste y trágica, su desobediencia a Dios lo llevó a perder el trono y a terminar sus días en el total fracaso.

Como nación, necesitamos buscar a Dios; la biblia dice: “Yo aprecio a los que me aprecian, pero desprecio a los que me desprecian”. Esta semana Santa es fecha propicia para la reflexión, para el encuentro con Dios, con su hijo JESÚS. Para cambiar el rumbo, los venezolanos, hemos caído en pecado, junto a buena parte de nuestros gobernantes, que somos envueltos por la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. El gobierno se equivoca atacando a los hombres de Dios, se equivoca practicando, la santería, palería, brujería, la idolatría.

Y de allí parte de las consecuencias que estamos viviendo. Hemos retrocedido como nación y hemos perdido nuestra calidad de vida como ciudadanos. Sumado a un deseo desesperado de gobernar, por escalar puestos, sin importarles sí se está o no preparado para ejercer un cargo, o el arte de gobernar; les ambiciona mantenerse en el cargo, disfrutar las mieles de la corrupción, frustrando con sus acciones a todo un pueblo, y pretendiendo ocultar la derrota gubernamental, con decisiones autoritarias, que en nada nos ayuda como país a superar el drama que todos estamos viviendo.