El silencio aturde en las aulas universitarias

El silencio aturde en las aulas universitarias

CAR01. CARACAS (VENEZUELA), 28/10/2016.- Un salón sin estudiantes en la Universidad Central de Venezuela hoy, viernes 28 de octubre de 2016, en Caracas (Venezuela). El paro general de 12 horas convocado por la oposición venezolana se cumple a medias en el país pues tanto las entidades bancarias como algunos comercios y oficinas abrieron sus puertas, sin embargo, las principales vías se mostraron con mucho menos tráfico que el que se observa en un día laboral normal. EFE/MIGUEL GUTIÈRREZ
Un salón sin estudiantes en la Universidad Central de Venezuela en Caracas (Venezuela)/Foto archivo  EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

 

La migración y los factores socieconómicos son los principales elementos que afectan la prosecución académica. Desde 2013 los índices de deserción que registran las universidades van en aumento. Los estudiantes han dejado de inscribirse y adelantan gestiones para la certificación de documentos, publica Crónica Uno.

Por Carmen Victoria Inojosa @victoriainojosa





Los estudiantes universitarios se debaten entre retirar la carrera, dejar de inscribir el semestre o adelantar gestiones para obtener documentos certificados y emigrar. En el foro “Deserción Estudiantil: entre perseverar y rendirse”, en el que participaron las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar, Católica Andrés Bello y Metropolitana, las instituciones alertaron un repunte en el abandono de las aulas.

En el caso de la USB la evolución del porcentaje anual de estudiantes activos que no se inscribe pasó de 8 % en 2010, a 22 % en 2017, indicó la directora de Admisión y Control de Estudios, Lucy Pires.

Hasta 2016 el mayor porcentaje de no inscritos sucedía en las carreras cortas, sin embargo, el año pasado 23 % de los estudiantes en carreras largas no se inscribió, mientras que las cortas registraron 2 puntos porcentuales menos.
“Está ocurriendo que en los últimos dos años, según información del decano de Estudios Tecnológicos, un número importante de estudiantes está solicitando cambio de carrera, de una larga a una corta. Antes sucedía lo contrario”, destacó Pires.

La pérdida de matrícula en los últimos 7 años por normas de retiro de la USB alcanza a los 2987 estudiantes, 46 % de esos corresponde a los años 2016 y 2017. Con preocupación, Pires expresó que en ese mismo período 67 alumnos con índice académico entre 4 y 5 perdieron la inscripción: “Nuestros mejores estudiantes se están yendo de la USB”.

La cohorte 2014 ha sido la que más disminución de estudiantes contabiliza. “En el trimestre enero-marzo de 2017; 165 estudiantes perdieron la inscripción. Nunca se había visto que sucediera esto en una misma cohorte y en un mismo trimestre”, dijo Pires.

Refirió que en el periodo enero-marzo de este año, 368 estudiantes que dejaron de inscribirse podrían perder el régimen de permanencia en abril-julio. Mientras que otros 111 —por tener más de 5 períodos no inscritos— lo perderían al culminar este trimestre.

La USB no superó los 3000 estudiantes inscritos para el trimestre que iniciará este mes, en otras ocasiones han registrado hasta 5000.

En la UCV la situación no es diferente. Desde 2008 hasta 2014 la tasa de deserción anual se ubicó en 5 %. Luego de 2015 comenzó a crecer y en 2017 llegó a 29,1 %, expresó el secretario Amalio Belmonte. Siendo las facultades de Humanidades y Educación, Ciencias Económicas y Sociales, Ciencias Jurídicas y Políticas, las más afectadas. El factor socieconómico es el principal elemento que impide la prosecución académica, agregó.

“En un país donde el Gobierno dice que tiene dos millones de estudiantes en la educación superior, que ha pagado una deuda social, sin embargo, ha hecho que los más pobres sean los más afectados en cuanto a deserción”, afirmó Belmonte.

Destacó que para un estudiante del interior del país es imposible mantenerse en Caracas.

En universidades privadas también desertan

En la Universidad Católica Andrés Bello los retiros de carreras semestrales se incrementaron. La secretaria Magaly Vásquez identificó dos causas: académicas y socieconómicas.

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