Antonio de la Cruz: Maduro el 20-M se juega el futuro con 6 millones de votos

Antonio De La Cruz
Antonio De La Cruz

 

En tres domingos, 20 de mayo, los venezolanos decidirán el futuro del país en un “simulacro electoral”. Ese día, el régimen de Nicolás Maduro intentará demostrar que en Venezuela se dio una elección presidencial con estándares de país democrático. Un hecho cuestionado de ante mano por la comunidad internacional democrática y organismos multilaterales al señalar que en Venezuela no están dadas las condiciones para elegir a un nuevo presidente de forma justa, competitiva, y libre.

El régimen de Maduro se caracteriza como autoritario-pragmático, además de ser un Estado mafioso que “controla y usa redes criminales para promover y defender sus intereses nacionales y los intereses particulares de la élite”.





David Runciman, profesor de política en la Universidad de Cambridge, presenta en su último libro “How Democracy Ends” que el triunfo de la democracia liberal sobre el modelo soviético en 1989 fue “la prosperidad, el nivel de vida para la mayoría de los ciudadanos, el respeto y la dignidad”.

Sin embargo, Runciman agrega que actualmente “la democracia occidental se enfrenta a una forma de autoritarismo que es mucho más pragmática que sus predecesores comunistas”. Los dos sistemas ofrecen “resultados materiales y respeto”. Sólo que en el caso del autoritario-pragmático “viene en una forma no democrática”. Además, la dignidad “la concibe como la dignidad nacional colectiva, autoafirmación de la nación, no del individuo”. Lo que le permite desarrollar el nacionalismo como ideología.

En este contexto, el régimen de Maduro concreta sus líneas de acción para el 20-M.

Dentro lo pragmático, apunta a asegurar una alta la participación ciudadana, porque es uno de los pilares de la democracia que permite legitimar el resultado obtenido en las urnas.

En la elección presidencial del 14 de abril de 2013, la participación fue 79,69 por ciento, es decir, 8 de cada 10 venezolanos del registro electoral ejercieron su derecho al voto. Hoy, los resultados de las encuestas de marzo-abril ubican ese número en 5 de cada 10 venezolanos, una diminución de 3 votantes con respecto a la última elección presidencial (Maduro-Capriles).

Además, las encuestas apuntan que para el 20-M la máxima participación ciudadana -seguros de ir a votar- estará alrededor de 10 millones de venezolanos, de los cuales Maduro obtendría 6 millones de votos, 1.500.000 votos menos que en 2013.

Ante la crisis económica y social por la implantación del Plan de la Patria, -un modelo económico abandonado por China y Rusia hace 30 años porque no genera prosperidad sino todo lo contrario, pobreza- el régimen de Maduro usa la coacción del voto a través del carnet de la patria, las ayudas económicas y las bolsas de comida CLAP. Es el clásico mecanismo de control social de los regímenes de la época soviética, y que sigue funcionando en Cuba.

En ese sentido las encuestas muestran que el 69 por ciento de los electores poseen el carnet de la patria, equivalente a casi 14 millones de electores. Asimismo, el 41 por ciento considera que es útil tenerlo. Por lo que el régimen de Maduro podrá coaccionar a un mayor número posible de 5.740.039 votantes.

En cuanto a las ayudas, el régimen ha venido aumentando el número de beneficiarios, llegando al 52 por ciento de los electores, sobre todo en dinero que corresponde a un 30 por ciento.

Por ello, este lunes Maduro aumentó, por tercera vez en cuatro meses, el salario mínimo y la “cesta ticket” en 154 y 70 por ciento, respectivamente. Igualmente, lo hizo para los bonos del carnet de la patria: hogares de la patria, José Gregorio Hernández, parto humanizado, y clase obrera.

Con relación a la entrega de vivienda, se ha mantenido congelado en el tiempo, y la de comida, bolsas CLAPS, ha caído a 16 por ciento en el primer trimestre de este año.

 

DeLaCruz Participacion 20M

 

Por lo tanto, el anuncio de Maduro hace 3 días que aspira ganar el “simulacro de elecciones” con 10 millones de votos es un deseo porque los números no le dan. Los 10 millones de votos son el universo de electores que participarán en el simulacro, si la coacción del voto funciona.

En consecuencia, la oposición debe evitar la manipulación de la data del “simulacro de la elección presidencial”, por parte del régimen de Maduro. Por lo que tiene que tener sus propios resultados con el método de conteo rápido. Será una de las formas que demostrará el fraude del régimen en el ejercicio electoral del 20-M.

Basta recordar que en la elección de la Asamblea Constituyente en julio 2017 el Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que acudieron a las urnas 8.089.320 de venezolanos (41,53 por ciento del censo electoral). Sin embargo, el director de Smartmatic, Antonio Múgica, dijo que en esa elección “había 1 millón de votos menos”, es decir, que le CNE manipuló los resultados en un 5%.

Por estos motivos, Maduro el 20-M se juega el futuro con 6 millones.