En un reciente artículo publicado por el editor para América Latina del Financial Times, John Paul Rathbone , titulado Venezuela’s oil decline reaches new depths (en inglés) se concluye que la producción petrolera venezolana alcanzará nuevos mínimo históricos a finales de este año.
Por lapatilla.com
Resaltan que seis meses después de haber sido nombrado el M/G Manuel Quevado como ministro de petróleo y presidente de Pdvsa, los gerentes de la petrolera estatal están renunciando en masa , los robos ha aumentado y los trabajadores gritan en las cafeterías de la compañía que el señor Quevedo debería irse. Aliados como Rusia y China están de acuerdo. Mientras tanto, los socios occidentales como Total y Chevron están preocupados, y la producción de petróleo ha caído desde entonces un asombroso 23 por ciento, o 450,000 bpd.
El declive en la producción del país con las reservas de petróleo más grandes del mundo parece que continuará. La producción petrolera venezolana podría caer otros 500,000 bpd este año, según los analistas. Señalan que esto es especialmente cierto si Estados Unidos impone sanciones a Caracas después de las elecciones presidenciales del 20 de mayo, y los socios de empresas conjuntas extranjeras continúan siendo asediados o incluso se retiran.
“Hay una falta de máquinas, falta herramientas, falta de todo”, dijo Patrick Pouyanne, director ejecutivo de la energética francesa Total, que tiene operaciones en Venezuela, a analistas en una llamada la semana pasada. Otros ejecutivos están de acuerdo. Schlumberger, la compañía de servicios petroleros más grande del mundo, ha descrito la producción petrolera venezolana como en “caída libre”.
la semana pasada dos ejecutivos de Chevron fueron arrestados por cargos de traición después de que, según los informes, se negaron a firmar contratos de suministro demasiado caros. Chevron unos 50,000 barriles por día en Venezuela, pero le permite a PDVSA, su socio mayoritario en joint venture, una producción bruta que podría llegar a ser de 150,000 bpd.
“Parte de esa producción ahora podría estar en riesgo”, dijo Luisa Palacios de Medley Global Advisors, una consultora propiedad del FT. Medley estima que la producción petrolera venezolana descenderá a 1,1 millones de bpd a fines de año, desde 1,5 millones actualmente.
JPMorgan estima que la producción caerá a 1,2 millones de bpd en diciembre desde 1,5 millones ahora, aunque el riesgo de caer por debajo de 1 millón de bpd “es muy alto”.
Los bancos estatales chinos, que extendieron más de $ 60 mil millones en préstamos respaldados por petróleo entre 2007 y 2016, el año pasado no hicieron nuevos préstamos. La semana pasada expiró un período de gracia de dos años sobre una deuda restante de 19.000 millones de dólares a China, informó Reuters.
Venezuela también le debe miles de millones de dólares a Rusia y miles de millones más a Rosneft, controlada por el Kremlin, y esta última deuda está asegurada por una participación del 49 por ciento en Citgo, la filial refinadora estadounidense de PDVSA. Sin embargo, la semana pasada, la Cámara de Comercio Internacional otorgó a ConocoPhillips $ 2 mil millones por una nacionalización forzada del 2007 y ahora está demandando a PDVSA por el pago y buscando revocar el compromiso de Citgo de esa participación.
Representantes chinos y rusos están presionando a Maduro para que reemplace al señor Quevedo y despliegue medidas para sofocar la violencia y los saqueos que afectan a sus trabajadores locales en los campos petrolíferos y las ciudades venezolanas, según Argus, el servicio especializado de energía.
Una prueba clave llegará el 20 de mayo en las elecciones presidenciales. Estados Unidos, la UE y 15 de los países más grandes de América Latina ya han dicho que no reconocerán el resultado, dado que todos menos uno de los principales candidatos de la oposición han sido excluidos. Se espera que la casi segura victoria de Maduro provoque nuevas sanciones dirigidas por Estados Unidos.
Como preludio de eso, EE. UU. y otros 15 países, incluido Japón, acordaron el mes pasado reforzar la vigilancia de los funcionarios presuntamente involucrados en el crimen organizado alimentario. Según los EE. UU., los funcionarios corruptos utilizan compañías ficticias internacionales para robar hasta el 70 por ciento de los fondos que Maduro usa en un programa de alimentos llamado CLAP.