Simón García: La carta del  triunfo

Simón García: La carta del  triunfo

thumbnailsimongarcia

 

El juego de cartas está llegando a un final que será el comienzo de la Gran Transformación de Venezuela.  La campaña ha sido atípica. Se ha desarrollado en condiciones de autoritarismo electoral y con una población inducida a defenderse de una crisis que la coloca al borde de la sobrevivencia. Es una idiotez concebirla como una fiesta electoral.





El gobierno está abriendo el chorro populista para intentar generar una burbuja de falsas ilusiones con aumentos de sueldo, bonos que se evaporan en un día, distribución de la bolsa Clap, combos y ferias antes del 20 de mayo.  Pero no hay dinero que modifique la convicción colectiva de que la permanencia de Maduro profundizará el infierno que nos achicharra. Sólo una reducida franja de mentes ideologizadas y de pocos enchufados, esta dispuesta a votar por el régimen. Siete de  cada 10 venezolanos quiere ponerle fin a una tragedia que los arruina personalmente, lleva a la miseria a su familia y destruye todo su entorno.

La situación venezolana está exigiendo un nuevo marco explicativo en torno a la transición. La fractura del bloque de poder, con reducidos astillamientos que se están pronunciando a favor de Falcón, no ha reventado visiblemente por arriba. No porque no exista una alta pugnacidad entre cúpulas, sino porque no se ha producido un evento cumbre que la dispare. Los resultados electorales y el intento madurista de  desconocer un triunfo de Falcón podría ser ese detonante, en particular en una Fuerza Armada que adquiere cada vez mayor conciencia sobre la conveniencia de su reinstitucionalización.

Falcón es la única posibilidad de abrir una transición pacífica a partir de un Nuevo entendimiento Nacional que unifique a venezolanos que han defendido proyectos políticos enfrentados. El ascenso sistemático de la candidatura de Falcón es el reflejo de una mayoría de ciudadanos cuyo salario no les alcanza para comer y que están usando el voto para minimizar o eliminar la amenaza contra sus condiciones de vida. En esta elección dramática no existe separación entre opositores y chavistas, como lo indica que unos y otros se inclinan a votar por una misma opción que, al margen de los atributos personales del candidato, es la que puede asegurar cambios económicos y políticos que nos saquen de la emergencia humanitaria y democrática.

La sociedad necesita regresar a la gobernabilidad con producción, libertad y solidaridad con los estratos sociales, los sectores económicos y los grupos humanos que han sido víctimas del poder de Maduro. En esta victimización indiscriminada nace el revire en la la base de una pirámide que ya no puede soportar el peso de los privilegios con los que se rodean las cúpulas que monopolizan los dólares. En el pueblo de las colas y la incertidumbre sobre el día de mañana se está produciendo una corrida subterránea que favorece a Falcón.

No hay duda, por primera vez, con el 75% de la población en contra y la hiperinflación haciendo campaña contra su gobierno, Maduro debe pensar en hacer las maletas y acordar una entrega pacífica del poder.  A la Fuerza Armada le corresponde garantizarlo.

El 20 de mayo el país va a cobrar sus sufrimientos y a abrir una época de transición. Falcón es la expresión de esa indetenible voluntad de cambio. Para ganar debe concentrarse en sus propuestas y demostrar que la información del auditor externo del padrón de testigos, el politólogo Jesús González, de que están cubiertas el 92% de las mesas, es la punta de una avalancha que va a ganar y a gobernar porque tendrá quien defienda el voto en las mesas y en la calle.

@garciasim