De una transición para la FAN, por Luis Barragán

De una transición para la FAN, por Luis Barragán

Luis Barragán @LuisBarraganJ
Luis Barragán @LuisBarraganJ

Sencillo el planteamiento, compleja su implementación, la Fuerza Armada Nacional debe volver a los cauces de la Constitución y de la constitucionalidad, orientada a aportar a la construcción definitiva del Estado Constitucional deseado. Supone el desmantelamiento del Estado Cuartel que le sirve de soporte a esta amarga experiencia socialista, más allá de los exclusivos aspectos técnicos que no deben suplantar ni confundirse con una política militar o, mejor, una política pública militar.

Por lo pronto, deseamos llamar la atención en torno a la concepción y desarrollo de un programa de transición para el sector. Obliga a la previa (re) edificación de sendas políticas de Estado que, como en el frecuentemente citado caso del Esequibo, por crucial que fuese la materia, no se tiene, por ejemplo.

Así, por una parte, no es posible reducir el ámbito de la seguridad de la nación, primigenia y esencial responsabilidad de los civiles de una clara representatividad política, sólo al sector defensa, cuya instrumentación es la que explica la especialidad militar. Ésta ha de depender del liderazgo ciudadano, en el marco de unas sanas y bien definidas relaciones civiles y militares que redunden en el adecuado control civil.





Por otra, reafirmar el principio constitucional de la corresponsabilidad entre sociedad y Estado, sobre la participación sobria, organizada, convincente y coherente de los civiles, diferente a la inconstitucional milicianización que consagrada un componente de muy evidente naturaleza partidista. Por lo demás, leyes como las del llamado poder popular o la Orgánica del Trabajo, sólo conciben la presencia civil como una eventual y mera fuerza de trabajo, olvidando las ya remotas experiencias que hicieron del IEADEN una magnífica oportunidad para el aporte civil en el desarrollo del propio pensamiento estratégico venezolano que la actual doctrina de guerra rechaza.

Luego, se impone la completa recuperación del profesionalismo y de la específica especialidad militar, constitucionalizando realmente las leyes que hoy la rigen, añadida principalmente la de carácter orgánico que fue objeto de una abusiva habilitación presidencial. Está a la vista que la ultrapartidización de la Fuerza Armada le ha hecho un daño inmenso a lo que debe ser la institución castrense.

En uno de sus más conocidos ensayos, un experto como Luis Alberto Buttó, ha argumentado la necesidad de la corporación armada. Al coincidir con él, tenemos un extraordinario desafío que afrontar, superando los atavismos y tabúes que también hicieron nuestra historia republicana.