Testimonio de los Padres Carmelitas venezolanos: Hoy Venezuela es un país para llorar

Testimonio de los Padres Carmelitas venezolanos: Hoy Venezuela es un país para llorar

Protesta por la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela actualmente. Foto: Facebook OrganizacionStopVIH
Protesta por la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela actualmente. Foto: Facebook OrganizacionStopVIH

Los Padres Carmelitas venezolanos relatan en una carta a sus hermanos del mundo un desgarrador testimonio de la crisis que actualmente atraviesa Venezuela gracias al gobierno de Nicolás Maduro.

“No se puede estar neutro ante esta realidad tan fuerte. Hemos llorado de impotencia e indignación, de compasión y dolor”, relata el testimonio de los integrantes de esta orden religiosa católica en una carta publicada en el portal digital Aletei.

“Nuestro país vive, una profunda noche político-social, pero sobre todo moral y espiritual – revelan en la carta-. Tanta gente que ha naufragado en las corrientes tormentosas de décadas de desigualdad e injusticia, junto con un Estado fallido e ideológicamente desorientado, han terminado en una situación de anarquía voraz”.





Esa “noche” en que está sumido el país tiene un culpable que los religiosos identifican claramente: “El dios dinero pidiendo todo tipo de sacrificios humanos, porque aquí el ser humano vale menos que unos números en una cuenta. Y tras los bastidores del teatro burlesco del cinismo, sufre oculto un resto de Israel, con ansias en amores inflamadas (de libertad, de verdad, de justicia, de reconciliación); pueblo sufriente que se mantiene fiel a Dios, sometido a profundas tentaciones, y amenazado de la desesperanza más atroz ante la indolencia de los poderosos de turno. Todavía estamos en el capítulo de las almas que están siendo cristificadas-crucificadas a través de esta noche colectiva del país. Noche de nihilismo criminal o delincuencial, como prefieras llamarlo. Noches oscuras en personas que ni si quiera saben que están caminando a la unión con Dios, noches anónimas”.

Relatan las historias dantescas, inimaginables, que son cotidianidad en el país: “La anarquía es profunda. Un ejemplo insólito: Una persona tenía un arma y la usó en defensa personal. Solo hirió al maleante. Llama a la policía. El policía le recomendó que asesinara al delincuente y desapareciera el cuerpo, porque si lo entregaba era seguro que el delincuente saliera libre pagando dinero, y después buscaría a la familia para vengarse. El policía decía que esto estaba pasando mucho”.

Los carmelitas también están afectados por este situación y piden oraciones a sus hermanos del mundo: “El tiempo no alcanza y los esfuerzos se multiplican porque por estos lados casi todo es bastante más trabajoso. Pero esto es igual o mayor en tantos conventos de la Orden. Tal vez lo que cambia es la profunda sensación de gratitud con Dios por estar en una situación donde de verdad e inequívocamente estás para servir a Dios y a los hermanos, pero esto es lo propio de cada comunidad carmelitana en el mundo”.

Cuentan que se ven obligados, en la frontera, a soportar entre 3 a 5 horas de fila para llenar el tanque de gasolina. Que no cesan de recibir solicitudes de medicamentos de gente necesitada. “Nuestras listas van en aumento y no se ve momento de parar. Durante estos últimos años, todos los miembros de la Casa General que han venido al país han tenido que traer medicamentos inevitablemente…Y en los medios oficiales llegan pocos recursos, pero en no pocas oportunidades lamentablemente son desviados a un mercado ilícito por mafias corruptas”.

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Con información de Aletei