¿Qué le espera al gobierno de Nicolás Maduro después de las elecciones del 20 de mayo?

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hace un gesto mientras se dirige a los partidarios durante su mitin de campaña de clausura en Caracas, Venezuela, el 17 de mayo de 2018. REUTERS / Carlos Jasso
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hace un gesto mientras se dirige a los partidarios durante su mitin de campaña de clausura en Caracas, Venezuela, el 17 de mayo de 2018. REUTERS / Carlos Jasso

 

El agravamiento del caos económico, la migración masiva, el descontento social interno y el cerco internacional serán el escenario más probable con que amanecerá Venezuela el día siguiente a los comicios presidenciales convocados para este domingo 20 de mayo. No obstante, Nicolás Maduro, una vez consagrada su reelección por el Consejo Nacional Electoral, podría intentar crear un ambiente de distensión con los candidatos disidentes que avalaron el proceso con su participación, pero para eso deberá valerse de un talento político que hasta ahora no ha demostrado poseer. Así lo reseña alnavio.com

Un común denominador de casi todas las elecciones realizadas en Venezuela en las dos décadas de hegemonía chavista es la agudización de los conflictos políticos. Es decir, todo lo contrario de lo que se espera de una consulta popular en democracia.





Nada indica que con la elección presidencial convocada para el próximo domingo 20 de mayo ocurra lo contrario.

Según revelan las cuatro encuestadoras más reconocidas del país, Datanálisis, Datincorp, Consultores 21 y Delphos, el 93% de los electores venezolanos que se identifican como chavistas afirman estar “muy seguros” de sufragar por la reelección de Nicolás Maduro. Es el 27% del registro electoral del país, que según el director de Delphos, Félix Seijas, equivale a 5,2 millones de electores.

Esos son 400.000 votos menos que los obtenidos por la coalición oficialista en diciembre de 2015, cuando fue ampliamente derrotada en las elecciones parlamentarias de ese año, y 600.000 menos que los alcanzados por los candidatos de Maduro en agosto de 2017 cuando se adjudicaron la mayoría de las gobernaciones de estado en las elecciones regionales.

Esta es la base dura que respalda a Maduro. El lecho rocoso del chavismo. La clientela política a la cual van dirigidos de manera preferencial los subsidios, las bolsas y cajas de alimentos CLAP y el discurso radical.

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