Tiempo de fantasmas y resucitar muertos, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini
Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

 

Se esperaba, se sabía, elemental. Números son números, como conoce el CNE disciplinado y dócil a la Asamblea cubano constituyente y Partido castro-socialista desunido de Venezuela, el grupo para el cual trajeron a un Maradona nauseabundo, desagradable, corroído y falto de ritmo como el oficialismo rojo al cual el contrapunto, más pesado para bailar mal, prometió una revolución económica que asombrará al mundo. Y, por si fuera poco, nos anunciaron la observación del pre pagado Zapatero, quien mencionó un diálogo, al que el emético cooperador “opositor” acudirá presto, y dispuesto.

Nadie se sorprenderá, el comunismo y sus fracasos son historia vieja y conocida, excepto por quienes se dejan atontar por sus mezclas de pomposas ideologías desmoronadas y promesas que sólo son adjetivos al aire. Los invitados no se conmueven, son caraduras, que cobran en dólares o euros. Parece que los ciudadanos tampoco se impresionan, como percibimos este domingo 20M.





Ganó con las cifras que le pudieron organizar, pero concluyó su legitimidad. Con menos de un cuarto del electorado termina de perder la República que en mala hora le encomendó aquél moribundo, abatido por el cáncer que los cubanos no supieron curar, ni controlar. Chávez era castrista pero también respondón, Maduro sólo castrista, más conveniente. Ahora llegó al fondo y ahí no hay nación sino oscuridad.

A Falcón le tocó lo que le tocó, y a Bertucci lo dejaron en el esterero. Pero así habrán estado las cosas que la camarada electoral no se atrevió ni a acercarse a los míticos 10 millones.

Se fortalecerán aún más la desobediencia y rebeldía como consagra la constitución, ese movimiento ha sido y sigue siendo la única verdad, directa, difícil de tragar para algunos, pero verdad es lo que los venezolanos desean después de tantos embustes, se consolidan liderazgos coherentes, auténticos y valientes. Pero sobre todo porque este domingo 20M quedó abiertamente demostrada la máxima verdad: el chavismo y sus jefes maduristas no impresionan ni mandan a nadie.

El de Lara, que tampoco entiende, revive con un discurso arrancado cual potro y parando como burro, sin develar su verdadera intención, propone una negociación para resucitar muertos políticos.

Desconoce las elecciones y propone otras a finales de año, primera resurrección, oxigenar al régimen buscando suavizar sanciones internacionales. Con esa propuesta resucita a su segundo fallecido, el Frente Amplio/MUD, hoy mudo sin nada que proponer. Con nuevo ofrecimiento electoral volverán a las oscuras negociaciones.

El tercer difunto que revive es él mismo, cuando sin autoridad y mito desinflado, desprestigiado como títere cooperador ingrese a la oposición MUD con cierto influjo de valor y, por si fuera poco, salva del revocatorio a los diputados de la Asamblea Nacional si cumplen la condición de no acatar la sentencia del Tribunal Supremo legítimo, que con gusto y placer algunos aceptarían sin problemas, así está planteado. Es decir, su declaratoria de 15 minutos de gloria, fue otra farsa negociada en la tarde mientras discutían cómo inflar los resultados.

Sin alimentos, medicinas, agua, electricidad o seguridad, sin dinero que valga, la Venezuela que Maduro promete vacíamente restaurar, sólo tiene una difícil pero inevitable salida, lo demás se disipó. Que dimita, se vaya lejos con sus compinches, entiendan que la gente está harta y con nada más que perder, sólo les queda frustración, cansancio y furia.

Y eso no es bueno más bien, peligroso.

La dimisión comenzará con rebelión y protesta a través de la desobediencia pacifica para ejercer la esperanza, no es sentarse a esperar sino levantarse para actuar. Maduro se quedó sin país para gobernar porque los gobernados están hartos de él. Como no sabe restar y mucho menos sumar, cree que los números que le contaron significan mando y los ciudadanos deben demostrarle que para mandar hay que tener mandados, pero los ciudadanos ya no quieren seguir siendo los suyos. Y no lo desean porque el mando de Maduro es algo que ya no existe.

Los gobiernos extranjeros harán lo mismo. Quizás rompan relaciones diplomáticas, no es necesario. Si no lo reconocen como Presidente, las empresas, bancos e inversores tampoco reconocerán su firma. La desobediencia es ésa, dejarlo solo en su locura, ignorarlo, no hay que esgrimir armas para rebelarse, basta con no obedecer. Y los cara pálida con las sanciones promulgadas, así lo demuestran.

Maduro se convertirá en otro de los fantasmas de Miraflores.

Para los venezolanos surgen tiempos de esperanza, dueños y responsables de su propia libertad y democracia, dispuestos a rescatar su país de los candados, cadenas de mandos y comandos que se han podrido sin saber que están extintos y velados. Este 20M, tiene números, videos y testimonios que demuestran se les acabo la calle y la esperanza, patrimonios del pueblo y no de quienes ofrecen mentiras, ilusiones y Plan de la Patria.

No hay más nada que obedecer -aunque con déspotas y esbirros nunca se sabe- ni los venezolanos tienen a quien respetar, el elegido de los pajaritos aparecidos escogió quedarse solo, aislado en ese palacio enredado y fantasmal que es Miraflores, donde espera su propia sombra.

Hay que iluminarlo, y ejercer la rebelión ciudadana y constitucional que es la desobediencia. Quizás comprenda, entre el ridiculizante despojo que es Maradona, ejemplo de la autodestrucción, y algún espejo en el cual se atreva a mirarse -¿no hay o había en Miraflores un salón de los espejos?-, la única salida es la dimisión, porque como aquél Emparan más inteligente, ya no tiene mando.

Que lo dejen esfumarse es su única esperanza, la nuestra es que se esfume, que se vaya, que se haga un favor y presente su dimisión para darle al fin un uso digno a las transmisiones de la castro-venezolana de televisión.

Los venezolanos tenemos el derecho, que es también el deber, de enriquecer nuestra esperanza con ese coraje alegre, esforzado, siempre del tamaño del compromiso, mucho más cuando el compromiso ahora somos nosotros, nuestras familias y el futuro.

Ésa sí es un anhelo con dignidad, orgullo de la historia libertadora que el castro chavismo sólo ha sabido patear y enlodar. Una esperanza que depende de cada uno, por eso vale la pena.

@ArmandoMartini