La niña tonta… Por Gustavo Tovar-Arroyo (El Michoacano) @tovarr

La niña tonta… Por Gustavo Tovar-Arroyo (El Michoacano) @tovarr

Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr
Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

 

¿Bolivariano?

A estas alturas cualquier venezolano (o venezolana) que se atreva a llamar régimen “bolivariano” al bodrio dictatorial que ha devastado a Venezuela o es un chavista o es un redoblado tonto (o tonta), por decir lo menos.





Cometer la banalidad histórica de llamar “bolivariana” a una tiranía que sólo ha tatuado heridas sobre el alma de la nación suramericana, heridas que son encarcelamientos, torturas, sodomizaciones y asesinatos; que son hambruna, enfermedad y miseria, no sólo es ignorancia, es estupidez.

Bolívar jamás habría causado semejante ruina a la nación que liberó del yugo español, jamás habría sido chavista. Los habría combatido y vencido.

 

La verdadera belleza

Mujer bella es la que lucha y en ese sentido la mujer venezolana es muy bella.

Contra el régimen chavista –ya que no bolivariano–, la mujer venezolana ha mostrado el resplandor de su belleza. Mujeres tales como María Corina Machado, Lilian Tintori o Gabriela Montero, entre miles de otras, aguerridas y lúcidas, que han combatido con firmeza contra la peste del siglo XXI (el chavismo), muestran el verdadero y más digno ejemplo de la belleza venezolana.

Su coraje e ímpetu, su fortaleza moral y valentía para arrostrar a la dictadura, las condecora –a ellas sí– como las mujeres más bellas del universo.

 

La otra mujer venezolana

Las mujeres venezolanas –en su mayoría– son hermosas, aguerridas y lúcidas, pero también las hay tontas, muy tontas, no abundan como las hermosas y lúcidas, pero las hay. Son ruidosas y fácilmente identificables (las tontas), nunca pasan desapercibidas, su banalidad es escandalosa, su trivialidad las oscurece y afea, pese a que intentan maquillar su poquedad intelectual con anchas capas de colorete educado, tarde o temprano –cuando se pronuncian– el maquillaje impostor se les escurre hasta el escándalo.

Además son indolentes, cínicamente se dan golpes de pecho con una mano mientras con la otra le arrebatan la medicina y el alimento, la libertad y la esperanza, a quién más lo necesita. Obviamente son socialistas, creen en el marxismo bueno y en el marxismo malo. El de ellas, impostoras, al fin y al cabo, es el renovador, el de la última moda, el del siglo XXI, el socialismo bueno.

Las malandras venezolanas Delcy Rodríguez y Cilia Flores (versión venezolana de Elba Esther Gordillo o Nestora Salgado) son ejemplo perfecto de venezolanas despiadadas y tontas.

Lamentablemente también hay otras.

 

La niña tonta

Estoy en México, realizo un trabajo documental sobre la vinculación chavista con la actual campaña del escorpión López Obrador y mis conclusiones son tan evidentes como aterradoras: la peste del chavismo ha contagiado esta maravillosa nación.

Los venezolanos no damos crédito a lo que escuchamos, las vergonzosas maniobras del escorpión son tan patéticamente chavistas que ruboriza del sólo escucharlas. Todos los venezolanos, excepto una asalariada niña tonta, piensa que entre López Obrador y Chávez no hay relación porque el primero es un civil y el segundo un militar.

No entiende, no sabe, lo ignora, que el problema no es si uno es civil y el otro militar, el problema son sus ideas marxistas de ambos.

 

¿Socialismo bueno?

El socialismo sólo ha causado ruina en los pueblos que lo han puesto en práctica, todos sin excepción han quedado devastados y en andrajos. La niña tonta, que dice ser “opositora” radical al régimen bolivariano (Sic), muestra una arrogancia sólo comparable con su ignorancia, obviamente no tiene en su espíritu tatuadas las heridas que le ha infringido la tiranía chavista a su generación, es una niña fresa que huyó en 2003 del socialismo malo de Chávez (y Maduro) y estando en México sugiere que el socialismo López Obrador es el bueno.

No es una criminal ni es una cínica (como Delcy o Elba Esther), simplemente es tonta, no tiene la más remota idea de lo que dice. Se hace la ciega y la sorda cuando escucha decir al escorpión López Obrador cosas como estas: “Para nosotros, el comandante Fidel Castro es un luchador social, político de grandes dimensiones, porque supo conducir a su pueblo a alcanzar la auténtica independencia. Fidel Castro es un gigante.”

O lo que dijo sobre el propio Hugo Chávez: “Es innegable que Chávez tuvo el arrojo de hacer historia. Eso enaltece”.

La niña tonta no sabe que el “gigante Fidel” es una sanguijuela que asaltó a Venezuela, lo envenenó de ideología, lo arruinó y lo convirtió en una cárcel de 30 millones de personas. O que Chávez “hizo historia” arruinando al país más rico de América Latina. Pregunto: ¿Eso “enaltece”?

La niña no es cínica, es tonta. No entiende que no es lo civil o lo militar lo que arruina a los pueblos, sino las ideas socialistas y el marxismo.

¿Quiere eso para México?

 

Simone Weil, bella entre las más bellas

No fui yo –que a fin de cuenta soy un destemplado michoacano, cimarrón y mal hablado– quien puso en su sitio frente a la historia al cinismo “revolucionario” ni a la perfidia marxista, fue Simone Weil, esa bella entre las más bellas luchadoras humanistas de todas las eras.

Le recomiendo a la niña tonta y a todas las mujeres que maquillan su indolencia y banalidad con anchas capas de retórico maquillaje socialista que lean la introducción del libro Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social de Weil, ojalá esto les sirva para despabilar y dejar de decir tonterías.

Les adelanto algunas frases para limpiar su rostro escurrido de espeso maquillaje marxista. Le cedo la palabra a la bella Simone Weil: “Todo se desarrolla como si el movimiento revolucionario se hundiera junto con el régimen que aspira a destruir…” “A las clases medias sólo las seduce la revolución cuando aparece, con fines demagógicos, en boca de aprendices de dictador”.

Y eso es el escorpión López Obrador, un aprendiz de dictador cuyas “revolucionarias” ideas socialistas hundirán a México si se lo permitimos…