Vivimos en un mundo globalizado, por tanto, los eventos acaecidos en un país determinado irradian en los demás de formas patente e irremisible. En este sentido, querámoslo o no, los países están obligados a monitorear la política interna de las naciones abarcadas dentro de sus esferas de interés, ello a los efectos de salvaguardar sus propios intereses, desde una perspectiva realista y meramente pragmática. Así, la mayor parte de las veces, las naciones tienen puntos coincidentes que, si bien circunstanciales, se erigen como base inequívoca de alianzas, coaliciones y, desde luego, organizaciones internacionales; a lo anterior se le llamó Real Politik, bautizada así por el alemán Otto von Bismarck.
En este orden de ideas, resulta erróneo pensar que el destino de Venezuela es un evento aislado que concierne exclusivamente a los venezolanos; no debemos olvidar que Venezuela no es Cuba (aunque algunos quisieran); acá hay Petróleo, muchísimas riquezas naturales, una posición estratégica formidable, fronteras terrestres, y millones de ciudadanos valiosos desperdigados en el mundo entero que quieren volver. Aquí un Estado democrático, fuerte y próspero le conviene a todos, o al menos, a casi todos.
Muchos se preguntan qué tanto espera la comunidad internacional para abocarse a solventar definitivamente la catástrofe humanitaria que padecemos los venezolanos, y en este sentido, creemos importante destacar que, así como el destino de Venezuela no le es ajeno al resto de los países, tampoco nos debe ser indiferente el futuro de México y Colombia, cuyas elecciones presidenciales, a celebrarse este 27 de Mayo de 2018 (Colombia) y 1ero de julio de 2018 (México), tienen profunda relevancia geoestratégica, pues incidirán en la configuración del mapa de actores definitivo con el que se planificará la estrategia a desarrollarse en los próximos meses, de cara a la recuperación de la democracia venezolana.
Si bien pareciera que los venezolanos de a pie no podemos hacer nada, salvo esperar a que los pueblos de Colombia y México decidan su futuro de forma directa, y el nuestro de manera indirecta, la verdad es que es que hay mucho trabajo por hacer. Verdades incómodas como la revelada por Fernando del Rincón al señalar que el candidato a la presidencia mexicana, Andrés Manuel López Obrador, utiliza bots que tuitean a su favor y despistan al electorado real, y que esas cuentas pueden ser rastreadas hasta Rusia y Ucrania, nos sirven para abrir los ojos y entender que en realidad el mundo entero es un gigantesco teatro de operaciones en que se enfrentan la tiranía versus la libertad; en el marco de una guerra mundial silente que se expresa en los mercados, los resultados electorales, las alianzas internacionales y ahora, a través de las redes sociales.
Los venezolanos sí que podemos sumarnos a la lucha por la libertad de nuestra América, pues sin salir del país, podemos cruzar la frontera para defender la democracia en aquellos lugares donde se ve amenazada, como es el caso de Colombia, nuestro país vecino, bajo amenaza de caer en las garras del chavista Gustavo Petro, si los jóvenes no vencen su escepticismo y desilusión por la clase política tradicional. En efecto, en Colombia, el mayor aliado del chavismo será la abstención, pues solo los votos de los millones de colombianos de buena voluntad podrán evitar que Nicolás Maduro tenga un nefasto aliado que fortalezca su menguada posición internacional. Como anécdota, les comento que Gustavo Petro, literalmente, lleva varios meses viviendo en un conocido hotel 5 estrellas de Bogotá, y con las tres comidas diarias aseguradas. ¿De dónde creen que salen los recursos para sufragar esos suntuosos gastos? No lo duden, los malos están jugando.
En estos momentos decisivos para el hemisferio, el ciberactivismo es una obligación de todos los ciudadanos del mundo, en particular de los venezolanos, que debemos asumirlo con suma seriedad y responsabilidad. Recordemos la importancia de las redes sociales para influir sobre la opinión pública y entendamos que aquellos que nos gobiernan ( y a los cuales nos oponemos con férrea convicción) son los mismos que en este mismo instante liberan tropas de bots para manipular a nuestros pueblos hermanos, con el único objetivo de perpetuarse en el poder, y seguir rapiñando las riquezas americanas.
Víctor Jiménez Ures.
@VJimenezUre