El transporte público dejó de existir en Carabobo. Ahora la mayoría anda en los Transbaranda. El pueblo les coloca muchos nombres a ese suplicio: “perreras”, “cochineras” o “gallineras” como para dejar constancia de que son todo menos transporte para seres humanos. Sin embargo, hay nulo movimiento gubernamental para resolver este asunto que se agrava día a día. Dos pueden ser las razones: son indolentes o son incapaces (quizá ambas).
Aunque, ya que el régimen ha dicho hasta la saciedad, ad nauseam, que esta crisis es producto de la “guerra económica”, debemos jugar pelota caribe y preguntar ¿por qué no se instruye a todas las unidades militares, adscritas a la ZODI – Carabobo, a sacar todos sus vehículos a las calles de nuestras ciudades a brindar el servicio de transporte para la ciudadanía?. De esa manera combatirían la guerra económica que supuestamente existe. Finalmente se ganarían una medalla de “honor al mérito” mereciéndola.
¿Se imaginan los vecinos de Libertador que, justo en el puente Tocuyito, desde bien temprano, se estacionen varios vehículos 750 verdes, con la identificación “Orden Público” pero con algunos efectivos haciendo las veces de colectores y chóferes para que el pueblo pueda ir a sus trabajos y centros de estudio?. Ese si sería un combate cuerpo a cuerpo contra la guerra económica.
Claro, el costo del pasaje debe ser el que está estipulado en gaceta oficial. Seguro ese dinero seria más que suficiente para hacerle mantenimiento a esos vehículos, comprar cauchos, baterías y aceite e, incluso, ir haciendo modificaciones estructurales para dotarlos de acientos y que sea más cómodo el traslado de los usuarios.
Ese pasaje también debe alcanzar para darle un pago a los efectivos que realicen las labores de colector y chofer. Nadie debería ser obligado a trabajar sin un salario justo, ¿cierto?. El llamado entonces es al Concejo Municipal de Libertador, esos que sienten un escalofrío erótico cada vez que ven la foto del galáctico en traje de campaña, a que aprueben un Acuerdo solicitando a todos los comandos militares a disponer urgentemente de su flota de vehículos para dar transporte al pueblo, en nombre de Bolívar y Chávez, en nombre de la revolución o en nombre de sus reverendísimas madres, pero háganlo. ¿O es que acaso no ven mujeres embarazadas, adultos mayores y niños en edad escolar, peligrando en los camiones de estaca?
Aunque claro, hay otra opción menos estrambótica, el gobernador, los diputados regionales, los alcaldes y los concejales pueden, finalmente, si no es mucho pedir a sus excelentísimas y magnánimas señorías, reunirse con las cooperativas de transporte y suministrarles, a precios razonables y sin exclusiones, los insumos y repuestos que necesitan para reactivar el parque automotor, actualizar el tarifario, reactivar las ensambladoras y aplicar un programa de adquisición de nuevas unidades para los transportistas. De otro modo, como lo vienen haciendo, culpando a Trump, al capitalismo, a twitter, a instagram, al calentamiento global, al apocalipsis o a la cuarta, se les va a pasar su periodo de gobierno sin pena, ni gloria. #TrabajenVagos
Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica