El Gobierno de España nombra su segundo ministro de Cultura en una semana

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El País

El gestor cultural y experto en arte José Guirao será el nuevo ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de España tras la dimisión hoy, apenas una semana después de llegar al cargo, del periodista y escritor Màxim Huerta, al conocerse que defraudó a Hacienda 218.000 euros.

EFE

Guirao (Almería, 1959) fue director general de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura de 1993 a 1994 y director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía entre ese año y 2001.





El nombre del nuevo ministro se hizo público poco después de que Huerta presentara su dimisión al presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, al saberse hoy que Huerta tuvo que abonar 366.000 euros al ser sancionado judicialmente en 2017, cuando trabajaba en televisión, por impuestos no pagados en 2006, 2007 y 2008.

“Me voy porque amo la Cultura”, dijo Huerta, de 47 años, quien defendió en una comparecencia ante la prensa su inocencia y aseguró haber sido víctima de “una jauría” en referencia a las críticas recibidas.

“La inocencia no vale de nada ante esta jauría”, subrayó el hasta hoy ministro de Cultura y Deporte de España, cuyo nombramiento fue muy cuestionado desde el primer día por su pasado televisivo y por los “tuits” que escribió en aquella época, entre ellos algunos en los que criticaba el pago de impuestos a Hacienda.

El exministro explicó ante la prensa que los años por los que fue sancionado judicialmente hizo su declaración de la renta a través de una sociedad mercantil, lo que en esos momentos estaba permitido y que suponía tributar menos que si lo hubiera hecho como renta personal, según explicó.

Huerta dijo que no importa que no haya cometido ningún fraude fiscal “sino que lo que importa es el bombardeo que lo que busca es minar el proyecto de regeneración y de transparencia del presidente Sánchez. Y no voy a permitirlo”.

Recordó que recibió la propuesta de Sánchez “con mucha ilusión”, pero sobre todo “consciente de todo lo que este país tenía por delante para recuperar la cultura”.

Huerta sostuvo que aceptar ser ministro “fue un compromiso más importante que su carrera profesional y su vida personal” y lo hizo convencido de que podía servir a su país y a la cultura, pero también sabiendo que iba a ser el “blanco de las críticas por haber trabajado en un medio de comunicación que todos ven y todos demonizan”.

Sobre la condena por fraude, insistió en que es inocente y que lo hizo en un momento en el que, “como tanta gente de este país, se facturaba a través de una sociedad. Y no era ilegal en ese momento”.

En ese sentido, recordó que en aquel entonces se llegó a decir que “era una caza de brujas contra críticos de aquel gobierno” y destacó que ha pagado la multa dos veces.

La primera, explicó, fue la que Hacienda le pidió con efectos retroactivos por hacer algo que no era ilegal en su tiempo: “Y la pago ahora, aquí, por segunda vez, consciente de que la inocencia no vale de nada ante esta jauría”.

“Corren nuevos tiempos, tiempos en los que hasta los inocentes prefieren irse antes de que cualquier sombra de sospecha perjudique a los que quieren poner un nuevo rumbo, aire fresco, política limpia después de décadas de corrupción y expolio público. Ha sido tremendo”, recalcó.

Las reacciones a la dimisión de Huerta no se hicieron esperar, y las primeras llegaron desde el mundo de la Cultura, cuyos representantes manifestaron su sorpresa pero también su respeto por la decisión del ministro cuya gestión “no tuvieron tiempo de conocer”.

Los principales partidos de la oposición, el conservador Partido Popular y Ciudadanos (liberales) valoraron la dimisión de Huerta, que consideran es fruto de la “improvisación” del nuevo Ejecutivo español.

La formación de izquierdas Podemos, que apoyó la moción de censura socialista contra el conservador Mariano Rajoy, celebró que la “presión” haya obligado al ya exministro a dejar su cargo.

Su sustituto, José Guirao, tomará posesión al frente de la cartera de Cultura y Deportes mañana ante el rey de España, Felipe VI. EFE