Konzapata: La otra guerra del petróleo que se libra en Colombia por el control de Pacific

Konzapata: La otra guerra del petróleo que se libra en Colombia por el control de Pacific

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Un 10% desató la lucha. Un premio para la junta que endeudó a la empresa. Hoy el escenario es de escándalo. Y no hay vuelta atrás. Por lo que significa Pacific en Colombia, se espera la intervención del gobierno, publica el portal konzapata.com.





Por Juan Carlos Zapata @periodistajcz

En lo que no se cree es en la quiebra de la empresa. Un accionista minoritario –de los 8.000 que ahora se enfrentan al plan de la Junta Directiva de Pacific E&P- asegura que en diciembre pasado habló con Ronald Pantin y este le aseguró que había caja, que la empresa saldría del trance, y que, en una palabra, el horizonte no era tan negro como pintaba.

Con esta versión coinciden las fuentes de O’Hara, la firma que representa al bolichico Alejandro Betancourt. La caja sumaba entre 400 y 500 millones de dólares. Y la pregunta es por qué de pronto, en enero, Pacific ya no podía pagar los intereses a los bonistas y acreedores. Allí se desataron las sospechas. Por allí apareció luego la propuesta de Harbour Energy de adquirir la deuda en bonos de 5.000 millones de dólares pagando 17 centavos por cada dólar en cuestión. El plan no cuajó. Diluía a los accionistas, incluyendo a los miembros de la Directiva.

Es luego que aparece el plan de The Catalyst Group de la mano de la Junta que también diluye a los accionistas con la salvedad de que la administración se queda con el 10% de la compañía. Este 10% puede ser cualquier cifra según sea el criterio con que se observe el potencial de la empresa. O 150 millones de dólares, que es la cifra que se ha ventilado en distintos medios y que ha generado polémica. O varias veces 150 millones de dólares, si se considera que el potencial de Pacific es mayor, dado sus activos, el nombre, la evolución de los precios del petróleo y la expansión hacia otros horizontes de producción, como es el caso de Venezuela.

-No es una empresa quebrada. Tiene un nivel de deuda alto. Pero la urgencia es el pago de los intereses, no la deuda completa –apuntan en el cuartel de O’Hara.

Lo anterior comprime la situación actual y deriva hacia un plan de salvamento cuestionado, porque premia a quienes no deberían recibir ningún incentivo de darse por firme la versión de que la empresa no tenía futuro antes de que apareciera The Catalyst Group. Es como dice Juan Antonio Avellaneda en su análisis de ayer en KonZapata: ¿Cómo premiar a quienes endeudaron la compañía? http://konzapata.com/2016/05/en-la-lucha-por-pacific-en-colombia-quien-tiene-ahora-la-razon/

Allí es donde entra el argumento de O’Hara cuando en la revista Dinero de Colombia refuta la posición de uno de los fundadores de Pacific, Miguel de la Campa, quien había declarado que “Acá perdemos todos”. O’Hara lo hace por intermedio de su apoderado, Jaime Granados Peña, y el argumento es que no pierden todos pues los directivos están recibiendo el polémico 10%. Un porcentaje que no se puede negar, pues una fuente interna de Pacific ya se lo había confirmado a KonZapata. Ver: http://konzapata.com/2016/04/el-nuevo-plan-de-pacific-se-llama-catalyst-capital/

El matiz que le ha conferido la fuente interna a ese 10% es que el “premio” está sujeto al cumplimiento de metas y objetivos. ¿Pero pueden cumplir las metas los mismos nombres, la misma Junta, la misma administración?

Ya el caso adquirió elementos de escándalo. Ya se activaron las versiones de prensa. Mañana Granados estará en la televisión colombiana. Ya O’Hara ha actuado en el terreno judicial. Ya se han activado los lobbies para alcanzar la cumbre del gobierno de Bogotá, por todo lo que representa Pacific en la industria petrolera de Colombia. Ya se habla de fraude. De quiebra fraudulenta. Lo peor es que la confrontación la están protagonizando dos grupos de venezolanos: los fundadores de la empresa, y Betancourt, el bolichico que entró a comprar acciones el año pasado, alcanzó una posición de 20%, rompió la OPA que lanzó el Grupo Alfa de México, se sentó en la Junta, y ahora se siente engañado por la vuelta de tuerca de la historia.

De modo que la pelea está en pleno desarrollo. No hay retorno. O’Hara posee su propio plan. No lo ve fácil. El aspecto judicial es cuesta arriba. Aunque no abrigan dudas de que el gobierno colombiano se verá en la obligación de intervenir por el número de inversionistas involucrados en la operación. Dentro del plan, de obtener un resultado positivo, lo primero es salir de la junta directiva. ¿Por qué no lo plantearon en el pasado? Por la deuda de los 5.000 millones de dólares. Cambiar la junta hubiera significado tropezar con los acreedores. La deuda podía explotar, admiten en O’Hara, y “confiamos en lo que haría la administración”, agregan.

-La maniobra hoy es clara. Es sacar a O’Hara y seguir manejando la empresa, además de obtener el premio del 10%. Cuando tenían que presentar cuentas aparece la quiebra y el plan de Catalyst.

Ayer escribía Juan Antonio Avellaneda que “Quizás la mala imagen de los bolichicos ha ayudado indirectamente a la gerencia de Pacific dado que se está más pendiente de los 300 millones de dólares que perderán los bolichicos que de las causas de la quiebra de la petrolera y del plan de salvamento que se está llevando a cabo”.

Orlando Alvarado, quien lleva adelante el plan de O’Hara, responde a KonZapata la estrategia del grupo:

Primero, van a dar la pelea hasta el final.

Segundo, se oponen al 10%. No puede premiarse a quienes llevaron la empresa a la situación actual.

Tercero, se oponen al plan de Catalyst.

Cuarto, hay que sensibilizar al gobierno de Colombia. Pacific es una empresa que cotiza en la Bolsa de Bogotá.

Quinto, hay que involucrar al conjunto de inversionistas.

Sexto, de ganar, capitalizarían la empresa, y entrarían a operar en Venezuela y México.