A una semana de la brutal ejecución del exfuncionario Óscar Pérez, el gobierno creó a su Quijote moderno que murió defendiendo sus ideales y luchando por una Venezuela en democracia.
LaPatilla.com
El pasado lunes 15 de enero se realizó un despliegue policial sorpresivo para capturar al ex policía Oscar Pérez que culminó casi 10 horas más tarde con la muerte de los sublevados Óscar Pérez, José Alejandro Pimentel, Daniel Soto, Lisbeth Ramírez, Jairo y Abraham Lugo.
Después de 72 horas, el gobierno accede a enterrar los cuerpos -a pesar de haber amenazado con cremarlos- en la madrugada y sin derecho a velatorio. También le restringió la entrada a las personas que querían estar presentes en el entierro, y permitió entrar al cementerio a solo a dos familiares por muerto.