Beatriz de Majo: Los cuernos de los Castro

Beatriz de Majo: Los cuernos de los Castro

Desde hace muchos meses el gobierno de los Castro le viene poniendo cuernos a la Revolución Bolivariana y el pecadillo no es de poca monta. En La Habana están claros: o se abren generosamente hacia Estados Unidos o su isla no tiene viabilidad futura de cara al mundo global.

Hace muchas lunas, también, la Revolución Cubana tiene claro que el compromiso económico con Cuba de parte de Venezuela, puesto en marcha por la administración Chávez, sería abrazado con creces y con mayor entusiasmo por la sucesión de Maduro. El que la chequera venezolana se esté quedando sin fondos es solo un estímulo para echar los últimos tiritos con Venezuela y ordeñar la vaca hasta la última gota. Ahora están cobrando lo mucho que se invirtieron en apuntalarlo para el 14 de abril: Maduro va hasta más lejos que su predecesor. Su primer movimiento en el exterior es garantizar al régimen cubano 2.000 millones de dólares que son indispensables para ir al rescate de la economía venezolana. ¡Claro que un abultado compromiso de interés nacional como el acordado en Cuba el fin de semana tendría que haber sido objeto de una aprobación de la Asamblea venezolana!. Pero ese es el más nimio de los detalles. Con cuernos y todo, Cuba consigue lo suyo.

Solo que no pasará mucho tiempo sin que los nuevos jerarcas de la economía venezolana se percaten, que si hoy es imperativo hablar de “eficiencia” en el manejo de los asuntos públicos, lo primero es detener el drenaje de fondos al exterior que vacía de aliento a los programas que dan al Gobierno el sustento popular indispensable para que el país no se les vaya a pique. Jesse Chacón debe haber ya sacado la cuenta de que emigran a la isla feliz los reales que se necesitan para revivir el suministro eléctrico nacional.





A los economistas que soportan la revolución madurista tocará hacerle ver a su mandatario que la tarea más “eficiente” en la hora de la atroz crisis económica actual, es el rescate para Venezuela de cada uno de los petrodólares exportados que se pueden cobrar, y reservar para el país lo poco de holgura que aún pueda quedar del maltrecho ingreso petrolero.

El llamado a la austeridad que se le hace a los venezolanos fue puesto a un lado cuando la revolución madurista se comprometió a otorgarle a la isla los dineros que nos hacen falta desesperadamente aquí. A Maduro aún no se le ha hecho patente que la “alianza estratégica” con Cuba que adversa el colectivo nacional es otro de los elementos que juegan aceleradamente en contra de su maltrecha popularidad.

En Cuba hoy se frotan las manos. A las espaldas del nuevo e ingenuo gobierno venezolano, les siguen poniendo los cuernos… nada menos que con el Imperio.