Por Javier TOVAR/AFP
El partido de octavos con Chile fue tenso. Un balón de Mauricio Pinilla que pegó en el travesaño casi sella la sentencia del equipo de Luiz Felipe Scolari. La última vez que Brasil fue eliminada en esta instancia fue en 1990, sólo que entonces no era el anfitrión.
Al terminar los 120 minutos de juego, Thiago Silva se apartó y se sentó en un balón para rezar. Pidió tirar el último penal, incluso después de Julio Cesar, pero no hizo falta.
Después de dos defensas del portero héroe, el chileno Gonzalo Jara falló y selló el pase de Brasil para los cuartos.
– Capitán frágil –
De rodillas, Silva lloraba sobre el gramado mientras era consolado por el seleccionador Luiz Felipe Scolari, que le sostenía la cabeza y le susurraba algo en el oído. “Tranquilo, lo peor ya pasó”, fácilmente le podía haber dicho.
“Tenía que estar en el medio del campo gritando, no estar abatido. Él es el capitán”, dijo en el canal Sportv Carlos Alberto Torres, que vistió el brazalete que hoy tiene Silva cuando Brasil ganó el tricampeonato en 1970.
Pesa también la derrota en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ante México, en la que el zaguero también fue el capitán. La derrota en casa pesa el doble.
Peor aún, no fue Silva el único en mostrarse tan emotivo, la mayoría de los jugadores rompieron en llanto, incluidos Neymar y Julio Cesar, que no obstante mantuvieron la concentración e hicieron el trabajo. David Luiz fue igualmente héroe, espléndido aún con dolores en la espalda.
La escena preocupó. El equipo, joven y sin experiencia mundialista, está llorando en cada himno, en cada situación de peligro.
El equipo está frágil emocionalmente en parte porque no está rindiendo lo esperado en el campo. Y naturalmente está la presión de ser el anfitrión y tener la “obligación” con la ‘torcida’ de ganar.
“El equipo es joven, aún los más experimentados sienten [la presión] de la Copa del Mundo (…) Son emociones diferentes, no es un juego común”, dijo el seleccionador Luiz Felipe Scolari en la rueda de prensa después del partido con Chile.
– Al diván –
El martes, la psicóloga del equipo Regina Brandao sostuvo una reunión con los jugadores, según dijo a periodistas el vocero del equipo Rodrigo Paiva.
El partido contra Colombia promete ser extremadamente difícil y de clasificar a la semifinal, lo que vendrá o será más fácil.
“Ya vi a jugadores con mucha más experiencia llorando. Es la emoción normal de un juego que va a los penales”, dijo el martes el reserva Ramires en rueda de prensa.
Luiz Felipe Scolari, visto como un padre por muchos de sus jugadores, conversa diariamente con los convocados: análisis del partido previo (destacando lo que se hizo bien), del rival y del desempeño táctico del equipo ocupan buena parte de la agenda.
Motivación sobra, no sólo en la comisión técnica sino en las tribunas.
Los jugadores aseguran que la clasificación sobre Chile los fortaleció. Este martes al diván pero sin entrenar con el balón, algo fundamental para encarar a la inspirada Colombia.