Cuba condenó al ejecutivo canadiense Cy Tokmakjian a 15 años de cárcel por soborno y otros delitos económicos, dijo el sábado la empresa, en una fuerte señal de advertencia para posibles futuros inversores en la isla caribeña.
Otros dos altos directivos de la empresa canadiense Tokmakjian fueron sentenciados a 12 y 8 años de cárcel bajo cargos de cohecho, falsificación de documentos bancarios, estafa, tráfico de divisas y evasión fiscal.
Cuba confiscó además cerca de 100 millones de dólares en activos de la compañía, dijo la empresa de transporte con sede en Ontario a través de una declaración.
“La decepción que tiene lugar en Cuba está más allá de la imaginación”, dijo la empresa en un comunicado enviado a periodistas. “La falta de debido proceso no alcanza a describir la parodia de justicia que han sufrido los empresarios extranjeros en Cuba”, agregó el texto.
Tokmakjian, de 74 años, fue arrestado en el 2011 y estuvo detenido durante dos años y medio antes de ser formalmente acusado, en medio de una ofensiva contra la corrupción emprendida por el presidente cubano Raúl Castro. El juicio tuvo lugar entre el 9 y el 21 de junio de este año.
El comunicado dijo que extranjeros que asistieron a la “farsa de juicio” lo observaron con asombro.
Además de Tokmakjian, Claudio Vetere y Marco Puche, habían sido juzgados en junio por corrupción y otros delitos económicos y desde entonces esperaban el veredicto de jueces cubanos.
El caso es seguido de cerca por inversores extranjeros reacios a hacer negocios en Cuba, en momentos en que el Gobierno de la isla busca ampliar la inversión foránea, a partir de una nueva ley que es parte de la reformas de Castro para sacar a flote la economía socialista.
El Grupo Tokmakjian estimó en 80 millones de dólares sus negocios anuales con Cuba, donde operó por 22 años, principalmente con la venta de equipos de transporte, minería y construcción.
La empresa era la distribuidora exclusiva de Hyundai, entre otras marcas, y socio en dos empresas mixtas que sustituyen los motores de los equipos de transporte de la era soviética.
Los tres sentenciados se habían declarado inocentes y la compañía había dicho con antelación que temía que el resultado estuviera predeterminado.
Reuters