Corto y Picante: “No es suficiente un nuevo Chacumbele” por @fariasjoseluis

Corto y Picante: “No es suficiente un nuevo Chacumbele” por @fariasjoseluis

thumbnailjoseluisfariasLa cosa está fea y se va a poner peor. Quién lo duda. Sin embargo, el asunto no es nuevo. Al menos desde 2013 venimos padeciendo en modo creciente la escasez, la inflación y el desempleo como claros signos de la terrible crisis económica que desde entonces sacude al país.
Lo anterior viene a cuento porque así como existen personajes como un Schemel capaz de acusarnos de “caotizar” la sociedad para descalificar la protesta, también existen los Luis Vicente que con más sutileza nos dicen que la crisis “apenas comienza” para inducirnos a la paciencia y la resignación que la enfríe y la desmoralice. Son dos formas de trabajar en la dirección de hacerle más sencillo y llevadero el  problema a Maduro y su pandilla de incapaces. Ese sí es el verdadero colaboracionismo puro y duro, más exactamente: colaboracionismo contante y sonante.
Hay otros que, sin mala intención de los anteriores, afirman que debemos limitarnos a esperar que Maduro siga poniendo la torta, como un Chacumbele cualquiera. A quienes hay que advertir que eso no es suficiente, no debemos pensar que a la vuelta de la esquina el gobierno se derrumbará. Ni mucho menos quedarnos rezagados a la espera siempre de una oportunidad definitiva que nunca llegará. Las condiciones para el cambio político debemos construirlas con la lucha diaria, no epiléptica.
El problema que tenemos por delante no puede ser abordado precipitando acciones inconexas y locas de protestas anárquicas. La acción de lucha social debe ser organizada, trazarle objetivos factibles, encuadrarlas en planes concretos que permitan logros que entusiasmen a la población, no que la frustren. Y claro está, todo ello supone la definición de una dirección política que la guíe, le dicte pauta. Sin dejarse atrapar por el cálculo fácil y confundir la lucha social y política con la sola lucha electoral.
Es imposible adivinar cuál será el desenlace definitivo de la crisis. Pero si se puede asegurar que sí las fuerzas políticas opositoras se mantienen unidas en torno a un plan político coherente de lucha privilegiando los intereses del país por encima de los intereses particulares y personales tendrán un papel protagónico de primer orden en ese final. Toda lucha requiere creatividad, organización y coherencia, en especial la lucha contra el fascismo. El cambio es posible pero nunca vendrá del cielo.