El 2016 será un año mucho más difícil en materia de abastecimiento alimentario, porque el gobierno, por razones políticas, no buscó las soluciones que debió tomar en el 2015. Es imposible evitar que el 2016 sea peor que el 2015. Si no hay un cambio de políticas en el corto plazo, esta situación persistirá, toda vez que el gobierno continúa en su actitud autista ante esta dolorosa realidad, dijo hoy el Ing. Rodrigo Agudo, durante su intervención en el Foro “Un cambio para acabar con la escasez de alimentos”, realizado en la sede del Colegio de Ingenieros de Venezuela.
Nota de prensa
Manifestó que una fórmula de solución a este problema, consiste en el logro de un gran acuerdo nacional. Dijo que el gobierno debe dejar a un lado su actitud de arrogancia y sentarse a conversar para lograr ese acuerdo que evite problemas en el 2017, porque el 2016 ya quedó comprometido por la irresponsabilidad de las decisiones tomadas este año.
Venezuela, dijo, está viviendo actualmente un proceso de crisis que no es coyuntural, sino que es consecuencia de la aplicación de medidas erradas. La situación que hoy vivimos tiende a agudizarse. En 2014, se presentaba una escasez como consecuencia de la ruptura de los inventarios, y para ese entonces se debió decretar la emergencia agrícola y proceder a la búsqueda de un acuerdo. Estamos en presencia de un gobierno que no solo no reconoce la crisis, sino que actúa como si esa crisis fuese un producto de la imaginación. Se continúa el poco abastecimiento en base a importaciones.
Indicó el Ing. Agudo que “en ningún momento se procede a beneficiar a la producción nacional, sino que por el contrario, se continúa hablando de que el país no tiene problemas y que todo lo que se presenta es producto de una guerra económica”. “Lo que escasamente se consigue está siendo utilizado con un fin eminentemente político electoral y tratar de convencer para que se vote por el oficialismo en las próximas elecciones parlamentarias”.
Por su parte el Ing. Fernando Camino, quien habló sobre el Plan agroalimentario para el pleno abastecimiento, manifestó que “el sector agroalimentario en Venezuela se caracteriza en estos momentos, por la gran escasez de productos de primera necesidad como en los casos de la leche y la carne. Ese desabastecimiento se encuentra en el 90 por ciento. En estos rubros estamos montados en unas cifras de inflación en el sector alimentos, que aunque el Banco Central de Venezuela no las ha dado a conocer, se estiman en un 250 por ciento al cierre del año”
Refirió que “estamos sufriendo un período generado por el mismo gobierno a partir del año 2002 a través de leyes habilitantes, cuando inició una cadena de aprobación de leyes dirigidas a acabar con el sector de la agricultura”.
“Inicialmente con el sector primario y luego con el sector de la agroindustria. Luego le correspondió al sector agro comercio. Cuando los precios del petróleo se encontraban a 100 dólares el barril, la población no sintió, la escasez ni la falta de producción del sector privado, pero luego de la caída abrupta de los precios del petróleo, el gobierno no tiene con qué importar y se encuentra con que el sector privado no está en capacidad de producir porque fue destruido ese aparato productivo, y es por ello que estamos sufriendo los rigores de esa escasez”.
-La escasez –agregó- es inducida indirectamente, porque el gobierno nunca pensó que los precios del petróleo iban a bajar, y cuando no se tienen suficientes dólares para la importación, viene la escasez de alimentos. La producción de alimentos en el país es casi nula, desde el sector primario hasta el sector agroindustrial. Estamos proponiendo en estos foros, que se deben modificar todas esas leyes que se aprobaron para someter al sector privado de la producción. Tendremos una nueva oportunidad con la nueva Asamblea Nacional para que se rectifique y se legisle sobre todas esas leyes que están perjudicando la producción de alimentos y se elaboren nuevas leyes que estimulen al sector productivo.
Cuando correspondió hablar al Ing. Eduardo Páez Pumar, quien disertó sobre El riego, sustento de la agricultura, precisó que “en los últimos 16 años no se han construido nuevos embalses para riego, y que por el contrario, la población ha ido creciendo en el orden de los 9 millones de habitantes, que es casi un tercio de la población total que tiene el país”.
No creció paralelo con la población la infraestructura, y lo que está ocurriendo es que muchos de los embalses que existían y que tenían la función de suministro de agua para riego, ahora están siendo utilizados, casi totalmente para suministrar agua a las ciudades, y no está quedando agua para el riego. Esto es muy delicado, sobre todo cuando las circunstancias ambientales condicionan importantes sequías como la que está en curso y que se va a prolongar hasta el primer semestre del próximo año, y cuando no se ha hecho el racionamiento suficiente del suministro de agua a las ciudades como para conservar adecuadamente los embalses para enfrentar esos períodos secos.
Si tenemos problemas con el sector agrícola porque se han nacionalizado las fincas o no están disponibles las semillas, o los equipos para el sector agrario, este problema se va a ampliar por la falta de agua, porque no hay la suficiente cantidad almacenada.