Cuando era niño me llevaron a un circo un poco distinto a este donde estoy en contra de mis principios y valores.
Aquel era una maravilla sobre todo porque teníamos un sueño de todos de que algún día formaría parte del elenco.
Pero de este circo donde estamos ahora no quiero seguir formando parte, ya que los malabaristas de la miseria ocupan cada una de las esquinas de nuestro país esperando que cambie el semáforo para recibir por lo menos un aplauso
Los niños de la patria olorosos a pegamento vuelan de trapecio en trapecio, sin saber que los enanos mentales le quitaron la red de seguridad.
Donde solo hay algo y no algodón de azúcar, ya que no hay don ni hay azúcar.
En este circo lo único peludo no es la mujer, si no el día a día y es mas seguro estar en la jaula con los leones que transitar por cualquier calle del país.
Las butacas enchufadas tienen mas aforo que las del publico general y tenemos que comprarlas bachaqueadas.
Típico de los nuevos circos, donde el dueño no ha entendido que el espectáculo es de todos, sobre todo de los niños.
Los payasos dan tristeza y los caballos han inundado de bosta cada rincón de la carpa tricolor.
Por esta razón llego la hora de terminar el show, este 06 de Diciembre saquemos nuestras escobas y hasta nuestro pulgar para limpiar la gran cantidad de bosta y mediocridad que nos han dejado estos actores de quinta, para poder soñar con un circo como el Cirque du Soleil.