Marcos Hernández López: ¡Germina la ingobernabilidad!

Marcos Hernández López: ¡Germina la ingobernabilidad!

thumbnailmarcoshernandezEne2015Análisis integral / Febrero 2016 / Contexto Venezuela / De la creciente escasez, desabastecimiento, inseguridad, alto costo de la vida, inflación, guerra económica, el desempleo… según su opinión. ¿Quién sería el responsable? Espontánea

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Para algunos especialistas, la gobernabilidad puede ser entendida como la situación en la que concurren un conjunto de condiciones favorables para la acción de gobierno, que se sitúan en su contorno o son intrínsecas a éste. Este concepto se enmarca en el ámbito de “la capacidad de gobierno”. Éste se da siempre en un ámbito social tal en el que se registran demandas de los ciudadanos que son procesadas en menor o mayor medida por el sistema político.

La ingobernabilidad, se considera como la desobediencia civil al orden establecido. En muchos de los gobiernos del mundo se han dado gestiones gubernamentales que no responden a la voluntad popular y esto ha hecho que la mayoría de las personas al no estar identificado con ese gobierno, no haga suyas las líneas y ejecutorias del poder, legalmente establecido o no.  Es decir, la ingobernabilidad es un momento de emergencia político producido por  el descontento social.

Para centrarnos en el análisis debemos empezar por reconocer, la soberbia de altos líderes de la revolución bolivariana, apuntalado con una dosis de deshonestidad y su estilo desafiante. Pero, también deberíamos hacernos una serie de preguntas ante un gobierno que no quiere dar un paso a atrás, ¿Cuánto cuesta la paz?, ¿Cuánto cuesta la reconstrucción emocional de un país?, ¿Cuánto cuesta construir una verdadera Democracia? … ¿Cuánto? Obviamente, la revolución quiere ciudadanos pasivos y no acepta la crítica, prefiere venezolanos sometidos a su proyecto político.

En este momento histórico, germinan todo tipo de protestas sociales, el gobierno busca controlar la opinión pública, incluso activando circunstancialmente blackout informativo que ni el twitter se salva, las fuerzas policiales están activadas en la calle, las tanquetas circulan donde existan concentraciones y detienen violentamente a los manifestantes.   Lo grave es que se confunden Estado y Gobierno, y lo que brota es la cabeza del totalitarismo en su complejidad hace que no funcionen los niveles intermedios que son los que tienen la misión para solucionar las demandas de una gran mayoría de venezolanos que exigen cambios, democracia y justicia.

Es algo tangible por los indicadores, la crisis continuará en lo económico, social y político, las empresas tomadas por el gobierno están abandonadas o disminuyen su capacidad de producción, generándose más escasez con inflación, crece incontroladamente la pobreza. El gobierno maneja tácticamente algunos poderes del Estado, la angustia en los miles de venezolanos crece cada día. Su principal objetivo es mantener el poder cueste lo que cueste.

En síntesis, aparece el fantasma de la ingobernabilidad, fenómeno que arruina peligrosamente la democracia, mostrando un escenario político nacional de destrucción que se compara con la temeridad. Para la mayoría de los analistas en ciencias políticas, uno de los aspectos político que sembró la semilla de la ingobernabilidad fue lo electoral, la brecha en los resultados del pasado 14A / 2013 en su esencia compleja y hasta traumático, estimuló el adormecido fantasma de la ingobernabilidad en Venezuela.

Es evidente, Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, la revolución sin su comandante tiene una bitácora desorientada para reflotarse, para buscar salidas, es indudable que la revolución bolivariana esta entrampada en su propio laberinto y buscará cualquiera salida que la pueda beneficiar así sea de momento, lo significativo es no perder el “legado del Comandante”.

El liderazgo y olfato de Chávez, lo llevo a manejarse estratégicamente, sabia cuando jugar posición adelantada y radicalizarse, no obstante, sabía retroceder cuando había que hacerlo, llamaba al dialogo así no se diera en su futuro cercano y mostraba una postura política algo flexible, muchas veces “respetuosa” hacia la oposición y una actitud democrática, indiscutiblemente pensaba en su gobernabilidad. Para algunos chavistas, Cuando Maduro asumió el poder por decisión de Hugo Chávez sabía que tenía un solo compromiso: Preservar la revolución bolivariana. Pero, Maduro confundió revolución bolivariana con una especie de continuismo al creerse en el poder la segunda versión del comandante, entendiendo que el chavismo sin Chávez no existe… la verdad es que estamos al frente de la ingobernabilidad, la revolución ya no responde ni siquiera a los intereses más básicos de la población en general.

Director de la consultora Hercon Consultores

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