Manuel R. Egaña: Más allá del petróleo: Arabia Saudita y Venezuela

Manuel R. Egaña: Más allá del petróleo: Arabia Saudita y Venezuela

thumbnailManuelREgañaLa reciente caída de los precios del petróleo ha sido un duro golpe para varios países cuyas economías dependen principalmente de este producto. Entre ellas, podemos nombrar a Arabia Saudita y a Venezuela. Sin embargo, la manera en que estos países han reaccionado frente a la caída del crudo en el mercado es muy distinta. Arabia Saudita piensa diversificar su economía a través de su fondo público de inversiones y la privatización de parte de su empresa petrolera nacional, Aramco. En Venezuela, el gobierno le apuesta a matas de caraotas en las ventanas y gallinas en los balcones para convertirnos en la próxima potencia económica.

Arabia Saudita ha sabido reconocer que la caída de los precios del petróleo se debe a un aumento en la oferta del crudo sumado a una caída en la demanda. Es decir, que la caída del precio del crudo se debe a movimientos normales de mercado que, no solo se han visto en el pasado, sino que se van a repetir en el futuro. Por lo tanto, el reino está creando la “Visión Saudita 2030”, dentro de la cual, para esa fecha, Arabia Saudita va a depender mucho menos del petróleo y al mismo tiempo mejorar su economía a través de su fondo público de inversión, reducción de gasto militar y gubernamental, y atracción de inversión extranjera.

El fondo público de inversión de Arabia Saudita va a estar en gran parte financiado por la privatización parcial de Aramco, la empresa petrolera nacional del reino. A través de la bolsa, se va a vender el 5% de esta empresa, quedándose el reino con el resto. Se estima que Aramco tiene un valor de más de 2 trillones de dólares, lo que la convertiría en la oferta inicial pública más grande de la historia. Esa cantidad de dinero es suficiente para comprar Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Berkshire Hathaway y todavía sobrarían más de 100 millardos de dólares.





Arabia Saudita también piensa aumentar su inversión en las pequeñas y medianas empresas dentro del reino para los sectores no petroleros y sobre todo en aquellas dedicadas a la exportación. El área de turismo es otra de las áreas de gran importancia, sobre todo el “turismo religioso”.

Además, el reino entiende que para tener una economía estable, no es suficiente con aumentar los ingresos del país, sino que también hay que reducir los gastos. Es por eso que una reducción importante en los subsidios (gasolina), en el gasto público,  sobre todo en el área militar es uno de las piezas más importantes de esta visión.

Sin embargo, en Venezuela se sigue negando la ley de la oferta y la demanda y se culpa a una conspiración global por la crisis del país. Se destruye la producción nacional y se espanta la inversión extranjera con el control de cambio. Todo mientras el presidente constantemente nos recuerda cómo sembrando conucos y trabajando dos días a la semana, Venezuela va a convertir su economía en la más avanzada del mundo.

Tanto Arabia Saudita como Venezuela son países cuyas economías dependen en más de 85% del petróleo, los dos tienen una población alrededor de 30 millones de personas y gobiernos poco democráticos. Es cierto que el crudo de Arabia Saudita es más liviano, pero Venezuela no sólo tiene mayores reservas, sino que cuenta con una cantidad de recursos naturales para diversificar su economía con los que el reino sólo pudiera soñar.  Con el tiempo veremos cual estrategia traerá mejores resultados…

Manuel R. Egaña

Twitter/Instagram: @manuelegana