Observar reacciones de las autoridades ante hechos que están sometidos a investigación es poco usual.
Es obligada la prudencia cuando tales acontecimientos se llevaron a cabo fuera del territorio aun cuando estén inmiscuidos connacionales y reseñen anomalías de la absoluta responsabilidad de fuerzas al mando.
Cuando el expediente en cuestión es reseñado públicamente por los investigadores judiciales, atañe la jurisdicción y consta su
implantación debidamente certificada por autoridad judicial; el fijar posición es de absoluta rigurosidad.
El tema al cual nos referimos es el conocido caso de los sobrinos de la pareja presidencial venezolana acusados por intentar introducir en territorio norteamericano ochocientos kilos de cocaína.
Tales hechos no son de reciente data y la
oficialidad venezolana desde el pasado mes de noviembre del dos mil quince a la fecha han tenido suficiente tiempo para luego de atribuir irresponsablemente a la DEA y FBI de la nación norteña en un supuesto secuestro de los jóvenes Efraín Antonio Campos Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas: cumplir las investigaciones en un patio sobre tales sucesos.
La fiscalía de Nueva York en reciente diligencia tribunalicia, ante diligencias formuladas por la defensa al inquirir haber sido conducidos sus clientes a una trampa al haberlos incentivados a delinquir; introdujo un voluminoso pliego que destaca:1)Eliminación de las declaraciones después del arresto; 2)Eliminación de las imágenes, videos, y otras pruebas que muestran la manipulación de un ladrillo de cocaína 3) Obligar a revelar la identidad de los informantes confidenciales que produjeron los materiales de la acusación.
Hasta lo momentos desde el veinte y dos de julio ningún funcionario venezolano ha procedido a iniciar exploración alguna sobre este contenido del Fiscal Federal Preet Behara en el cual reseña con gráficas de apoyo a sus indagaciones poseer declaraciones voluntarias y por escrito Campo Flores y Flores de Freitas en su deseo de cooperar con los sabuesos durante su vuelo Puerto-Príncipe- La Gran Manzana.
Ante los señalamientos de haberse presentado ante las autoridades aduanales de Haití como funcionarios del gobierno de Venezuela identificados con un pasaporte para uso exclusivo de personas en funciones del servicio exterior; la Canciller Rodrígiuez pródiga en insultos hacia opositores y madres de presos políticos ha guardado un silencio que bien podríamos calificar de cómplice.
Ahora cuando el general Vladmitir Padrino López asume ciertas funciones de Jefe de estado, mantiene distancia en torno a la denuncía sobre el Cartel de Los Soles y su relación con los jóvenes a la espera de juicio en la ciudad de los rascacielos.
Muchas son las preguntas y pocas las respuestas al respecto. Ante la afirmación de los reos de la justicia en Norteamericana de poder transportar sin problemas cargamentos por instalaciones de embarques haciendo uso y abuso de su relación familiar; no se procedió para su momento a realizar cambios en los puertos y aeropuertos del país que demuestracen disposición de las autoridades de cooperar en la lucha contra el narcotráfico.
Solo las autoridades de la Asamblea Nacional, específicamente la diputada Delsa Solórzano , presidenta de la Comisión de Política Interior, abrieron un expediente sobre la materia.
La asambleísta Tania Díaz de la bancada oficialista se ha limitado a denunciar como un ataque del “imperio” la detención , en vez de reclamar las diligencias al Ministerio Publico acerca del pago efectuado a un intermediario en centro américa por la cantidad novecientos mil dólares, como informan los medios . ¿ De dónde salió tan voluminosa cantidad de moneda extranjera?
Esta interrogante deja al descubierta la posible vinculación de los familiares presidenciales en negocios con narcorpoductos que les permitieran lucrarse vía el delito para obtener recursos que les consintieran poseer capital para cuantiosos erogaciones.
Cuando en Venezuela carearan por un “twit” apegado a la garantía de libre manifestación del pensamiento llevando a inocentes ciudadanos a las mazmorras del estado; nada expresan en torno a la relación de los detenidos con las FARC conforme se desprende de las declaraciones formuladas.
Estamos ante una sociedad de cómplices rojo rojitos que lejos de ser conductores de una nación se han convertido en destructores de actuales y futuras generaciones.