José Vicente Carrasquero: Gobernados por el enemigo

José Vicente Carrasquero: Gobernados por el enemigo

thumbnailjosevicentecarrasqueroEl panorama social venezolano es dramático. El país se encuentra a la deriva en medio de una tormenta que destruye poco a poco las bases del tejido social. La población venezolana se ve asediada por una clase gobernante que presta poca o ninguna atención a las demandas de un ciudadano reducido a condiciones de supervivencia.

El venezolano es hoy una persona cuyas libertades han venido siendo abolidas por la vía de facto. No puede viajar, no puede comprar, no puede alimentarse a su gusto, no puede leer otra cosa que lo que se produce en el país. Sufre la pésima calidad de unos servicios públicos que la incompetencia gubernamental ha venido deteriorando más y más.

En el exterior se organizan eventos para recolectar alimentos y medicinas para tratar de paliar la gravísima situación que se vive en el país. La respuesta del gobierno no se corresponde con la realidad. Impide la llegada de la ayuda, descalifica a los organizadores y niega, descarada e impúdicamente, la gravedad de la situación que estamos viviendo.





En este momento corresponde preguntarse: ¿A quién en su sano juicio le pasa por la mente tratar de esconder la situación de depauperación que diezma a los venezolanos? Es bien sabido que desde hace varios lustros la política venezolana se maneja a control remoto desde las Antillas Mayores. La gerencia una gente que ni siente ni padece lo que los venezolanos sufren. A lo interno, unos políticos incapaces se postran ante lo que consideran son los métodos adecuados para mantener el sometimiento del pueblo a los designios de un proceso político primitivo que impide la entrada de Venezuela al siglo 21.
Es así como el país se encuentra gobernado en la práctica por una especie de ejército de ocupación que se garantiza primero los recursos que el país conquistado debe entregar a La Habana y luego los necesarios para que sus operadores en la colonia mantengan esa ostentosa calidad de vida que muestran los operadores políticos del régimen y los uniformados a su servicio para garantizar su fidelidad.
Cuando un pueblo se encuentra bajo los designios y objetivos de un gobierno invasor, solo puede esperar lo que está teniendo. Hambre, porque es más importante pagar la deuda, seguir financiando al gobierno cubano y si sobra algo, pagar a los países cómplices para que sigan manteniendo su apoyo al gobierno en detrimento del pueblo al que debieran defender.

La poquedad o inexistencia intelectual de Maduro lo lleva a declarar que ha pagado miles de millones de dólares a la banca internacional y a los tenedores de bonos de la deuda venezolana y que no ha recibido un voto de confianza. Lo que no logra entender el mandatario, asesorado por un todavía más inepto economista español de Podemos, es que los acreedores están viendo al modelo financiero hacer aguas y aprovechan para cobrar, pero no les pasa por la mente dar nuevos créditos a un inepto que ha demostrado su incapacidad para tomar las medidas necesarias para evitar el colapso.

En la mente de Maduro hay una lista de prioridades que ponen en tela de juicio su compromiso con el pueblo venezolano. La primera es esa ridícula idea de seguir dando prioridad al pago de la deuda sobre el hambre y la salud de los ciudadanos. Una renegociación de la deuda es ineludible. Eso, por supuesto, está muy lejos de la capacidad de entendimiento del inquilino de Miraflores y es contrario a la posición ideológica del podemita Serrano Mancilla que insiste en que el control de cambio ha tenido éxito.

Son enemigos del pueblo los jueces que se han prestado para conculcar la voluntad popular expresada por los venezolanos el 6D2015. No hay argumento alguno en la intelectualmente pobre sentencia que impide a los diputados de Amazonas asumir sus curules. Lo que hay, y se nota a leguas, es una sumisa y rastrera obsecuencia con las órdenes recibidas desde La Habana: no se puede reconocer la mayoría de la oposición.

Hay más enemigos en un TSJ indignamente conformado por el más indigno teniente golpista que violando todas las normas posibles designó, con un mandato vencido y una mayoría descalificada por el resultado electoral del 6D un grupo de jueces, muchos de los cuales no tiene siquiera las calificaciones para ocupar esos cargos. La presidencia del TSJ se encuentra en manos de una persona cuyo doctorado está en tela de juicio. En el archivo de la Universidad de Zaragoza se encuentra una referencia a la tesis doctoral con una nota según la cual no se autoriza la consulta. ¿Así de mala es la tesis?¿Cómo es que una tesis doctoral presentada en una universidad estatal no está disponible para consulta? Se pregunta uno sobre los niveles de las universidades que permiten hacer tesis doctorales a partir de una especialización. Universidades piratas vederes.

Otro grupo de enemigos se concentra en el CNE. Una entidad concebida por Chávez para facilitar el carácter participativo y protagónico, que la constitución de 1999 le reconoce al pueblo en quien reside la soberanía, se ha convertido en un instrumento de la cúpula podrida para precisamente operar en la dirección contraria a su misión. Es así como hemos visto a un ente poco empático con el generalizado malestar del pueblo venezolano. Claramente inclinado a favorecer el proceso político por encima del clamor y sentimiento populares.

Encontramos también enemigos con uniforme. Con el manido y la vez inútil argumento de estar cumpliendo órdenes, los militares venezolanos arremeten contra venezolanos que necesitan comida y medicinas por mencionar lo mínimo. Todos los días hay choques de personal armado contra un pueblo que ejerce el legítimo derecho a protestar por la precaria calidad de vida que le ha tocado sufrir.

Sin ser exhaustivos nos encontramos a los primitivos que creen poder impedir por la fuerza que los demás ejerzan su derecho a la movilización política. Energúmenos que solo creen en la violencia y que ven al resto de los venezolanos como enemigos a vencer o destruir. Clara herencia del discurso del odio que instauró Hugo Chávez como su mecanismo de hacer política.

El pueblo tiene el derecho a rebelarse contra aquellos que considera son enemigos de su libertad y lucha por la prosperidad. Los enemigos serán derrotados.