La masa no está para bollos. El descalabro total de la economía, la infraestructura y el sistema de salud ha conducido a la población a una situación límite. La gente está pasando hambre y los enfermos mueren de mengua cada día por falta de medicinas y oportuna atención hospitalaria. El drama humano venezolano es mayúsculo.
El año 2018 se abrió con precios estratosféricos debido a la brutal inflación que hace incomparables los productos básicos. La responsabilidad del caos en el que nos encontramos inmersos y postrados tiene nombre, el régimen atroz que ya va para 20 años en el poder y ha liquidado la esencia de la democracia que es la alternabilidad republicana.
La historia juzgará sin piedad a un atajo de truhanes que, embojotados en la monserga insubstanciosa del árbol de las tres raíces, se entregaron enteramente de manera indigna al régimen criminal de los Castro, cediendo nuestra soberanía en pago por sus servicios de asesoría e intromisión en los asuntos internos vitales de seguridad geoestratégicos, para asegurarles a los forajidos del patio mantenerse como sea en el poder. El costo ha sido la demolición del edificio republicano, la destrucción del aparato productivo nacional y la alteración artera del tejido social. El botón es la monstruosidad de acabar con la ejemplar PDVSA, otrora de rango mundial, sus pozos, su efectiva política de mantenimiento, su personal calificado y sus refinerías e inversiones foráneas. Peor gestión imposible.
Otra muestra fue la toma y quiebre de los valores democráticos de la FA intervenida por los cubanos y la corrupción pura y simple, para ponerla al servicio de un régimen impresentable. El control de la sociedad empobrecida sin oportunidades de trabajos decentes y productivos, bajo una boleta de racionamiento que, anula a costa del hambre, la libertad de decidir. Amén de un elenco de derechos humanos.
La mayoría del país amanece desesperanzado porque el régimen le ha metido 3 strikes seguidos con la ANC cubana, las regionales y las alcaldías. Y la dirección política de la oposición, entiéndase representante de de la mayoría, ha lucido torpe, mediocre y errática y parte de ella en connivencia pecuniaria con el oficialismo. De allí radica la desesperanza. Algunos hablan gráficamente y uno los comprende de inhabilitar en los hechos con nuestro veto ciudadano a seudo líderes opositores reincidentes en los errores que arrastran a todos a un sub mundo degradante.
Yo avizoro que los ciudadanos van a sobrepasar a su dirigencia. Oído al tambor. No es posible que luego del histórico plebiscito del 16-7 tengamos una secuencia de errores garrafales. Necesitamos una dirección política con gente distinta, el G4 se agotó, ya no representa a la sociedad descontenta.
Omar Barboza es un dirigente bien equipado intelectualmente y en funciones públicas lo ha hecho bien. Tiene con qué. Lleva encima el bacalao y el peso muerto de dirigentes de su partido que se han entendido y dado el vuelto con el gobierno.
Omar, la historia te ha dado la gran oportunidad de tu vida. No la desaproveches.
¡No más prisioneros políticos, torturados ni exiliados!