Deserciones, lágrimas y temores en la embajada de Venezuela en Washington

Deserciones, lágrimas y temores en la embajada de Venezuela en Washington

En esta foto de archivo tomada el 6 de marzo de 2013, las flores se ven en escalones frente a la Embajada de Venezuela en Washington, DC, en honor al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Desde el 25 de enero de 2019, las puertas se cerraron nuevamente, pero después de que Estados Unidos declaró ilegítimo a Nicolás Maduro y reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado (Foto por Brendan SMIALOWSKI / AFP)

 

Ocho “diplomáticos” chavistas, dos de ellos casados con ciudadanos estadounidenses, empacaron sus maletas para regresar a Venezuela, siguiendo las instrucciones del usurpador del poder, Nicolás Maduro.
Con lágrimas y temores, emprendieron camino al Aeropuerto Internacional de Washington Dulles para abordar el vuelo y defender a “su presidente”.

Sin embargo, en el camino, la esposa de uno de los diplomáticos chavistas “armó un escándalo, hizo que pararan el carro, dijo que le dieran su maleta y se quedó”. El esposo y la suegra de otro funcionario, también decidieron quedarse en el Imperio en la vía al aeropuerto, informó un patriota cooperante a lapatilla.com. Una “deserción” similar a la del agregado militar de Venezuela, que a pocos metros de la residencia del Embajador en Washington reconoció a Guaidó como Comandante en Jefe.

“El robo” de las prórrogas de pasaportes

Los “diplomáticos” revolucionarios que dejaron Estados Unidos, en su equipaje también se llevaron “casi 400 prórrogas de pasaportes” de venezolanos que realizaron el trámite ante la representación venezolana en Estados Unidos.

En los consulados ocurrió lo mismo. Del consulado de Nueva York, emprendieron viaje a Caracas más de 500 prórrogas, mientras que casi 700 salieron de Houston en el equipaje del personal diplomático.

Aunque Estados Unidos no los botó, y el presidente encargado, Juan Guaidó le dijo que se quedaran, la embajada de Venezuela en Washington notificó al Departamento de Estado, el cese de las visas diplomáticas de todos los funcionarios, cerraron las puertas, hicieron maletas, y regresaron al país.

Su última misión en el imperio, fue destruir miles de documentos del despacho del Embajador y de la sección de Administración, como si tuviesen algo muy grave que ocultar. De la sección Consular, también desaparecieron papeles. “Rompieron documentos a las patadas”, dijo el patriota cooperante.

Nueve empleados locales, decidieron quedarse cumpliendo órdenes de Guaidó, presidente interino de Venezuela. Otras dos, una que le reporta a Jorge Arreaza y otra que le hace las compras de artículos de lujo a Cilia Flores y visita a sus sobrinos, se quedaron en la capital del imperio.

¿Antiimperialistas?

Tres de los diplomáticos de la Embajada venezolana, que pregonan su “vida o muerte” con el gobierno bolivariano, y se autocalifican como “antiimperialistas”, no  presentaron a sus hijos nacidos en territorio estadounidense ante el Departamento de Estado.

Los niños, fueron presentados como nacidos en Estados Unidos, a pesar de que  el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, especifica que “un hijo de un funcionario diplomático extranjero acreditado en los Estados Unidos no está sujeto a la jurisdicción del derecho estadounidense. Por lo tanto, esa persona no puede ser considerada ciudadana estadounidense por nacimiento conforme a la enmienda número 14 de la Constitución de los Estados Unidos”.

A la cubana

Jorge Arreaza dijo hoy que acordó con el de Estados Unidos iniciar un mes de negociaciones para establecer oficinas de intereses en cada país a fin de atender trámites migratorios y otros temas bilaterales, tras el rompimiento de relaciones diplomáticas anunciada por Caracas.

Arreaza dijo que en caso de no alcanzarse un acuerdo en ese lapso “ambas misiones cesarán actividades” y el “personal remanente” tendrá que abandonar los respectivos territorios en un máximo de 72 horas de vencido el plazo.

 Por Arelis Paiva / lapatilla.com

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