El lugar donde Bri’ya y Braxton Williams se refugiaron en el bosque durante más de dos días después de desaparecer de su hogar en el lado oeste ya no es un misterio.
News4Jax tuvo acceso exclusivo a propiedad privada donde los niños, de 5 y 6 años, fueron encontrados por rescatistas. El refugio se describió por primera vez como una casa de bombas, pero resultó ser un ciego de caza.
También hemos aprendido por qué los hermanos fueron al bosque en primer lugar. Según un informe policial publicado recientemente, los niños dijeron que fueron al bosque a buscar una casa en el árbol. Le dijeron a la policía que se quedaron allí mucho tiempo y que nadie más estaba con ellos.
Bri’ya y Braxton estuvieron desaparecidos por más de 48 horas . Su desaparición el 15 de diciembre de su patio en Paradise Village Mobile Home Park provocó una Alerta Amber y una búsqueda masiva cerca de la casa de la familia.
Después de más de dos días de búsqueda, los rescatistas finalmente vieron a los niños en los bosques cercanos. Debido a que estaban tan concentrados en agarrar a los niños y llevarlos a un lugar seguro, no se tomaron el tiempo para examinar la estructura donde la pareja se había agachado.
Los rescatistas regresaron al bosque el viernes para poder ver mejor y tomar fotos para sus informes, y News4Jax los acompañó, descubriendo que la estructura era realmente una vieja persiana de caza.
“Se pone muy espeso muy rápido”, dijo el teniente Josh Montoro, del Departamento de Bomberos y Rescate de Jacksonville, a News4Jax mientras nos conducía al bosque en nuestra caminata hasta el lugar donde se encontraron a los niños.
Una vez que atravesamos una hilera de plantas de palmito y basura, como llantas viejas y tanques de gasolina, tuvimos que esquivar las raíces expuestas de los árboles y las ramas afiladas y cubiertas de espinas que pasan desapercibidas hasta que es demasiado tarde.
Pudimos ver dónde los socorristas atacaban con machetes y bastones.
“Se puede ver dónde hicieron estos caminos”, señaló Montoro.
La maleza era delgada en algunas partes y más gruesa en otras, y cuanto más nos adentramos en el bosque con JFRD, más agua encontramos y más lugares donde un niño podía esconderse.
“Al pasar por estas cosas gruesas, y cada vez que encontráramos un dosel de agujas de pino o algo así, miraríamos debajo”, explicó Montoro. “Y los muchachos continuarían en su línea lo mejor que pudieran e intentarían navegar y permanecer en línea, porque si íbamos demasiado lejos, demasiado a la izquierda o demasiado a la derecha, entonces estamos buscando lo mismo zona.
“Como puede ver aquí, es tan espeso que los muchachos simplemente, simplemente avanzan lo mejor que pueden”, dijo Montoro. “Al mismo tiempo, llevamos suministros y equipos médicos”.
En un momento, Montoro estaba parado a unos 20 pies de nuestra ubicación y ni siquiera podíamos verlo.
Los equipos de búsqueda y rescate no se detuvieron y no se dieron por vencidos. Continuaron buscando a Braxton y Bri’ya a la luz del día y en la oscuridad.
“El día que los encontramos, teníamos 19 tipos en la fila, 16 de ellos eran bomberos, tres policías”, dijo Montoro.
También luchando a través de las barreras con rescatadores estaba JFRD K-9 Izzy, de 2 años y medio de edad. Ella estaba equipada con un dispositivo de rastreo GPS en su cuello. Su barriga estaba frotada por el cepillo.
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“Por dulce que sea, es dura como las uñas”, dijo el jefe de JFRD Gary Kuehner sobre su perro de rescate.
Justo antes de que los niños fueran encontrados el 17 de diciembre, nuevamente, dos días después de su desaparición, se acercaba una tormenta. El capitán Mark Roberts estaba observando el clima desde el centro de comando y les dio a los rescatistas su advertencia de 30 minutos antes de que la búsqueda tuviera que detenerse por la tormenta.
“No los queríamos aquí, con vientos de hasta 60 mph es lo que proyectaban con los rayos y las fuertes lluvias, simplemente no es seguro para ellos”, dijo Roberts.
Montoro describió lo que sucedió solo 15 minutos después como un milagro.
“Dios simplemente nos movió un poco hacia la izquierda, un poco hacia la derecha, nos puso en el lugar correcto”, dijo.
“Le dije: ‘Hombre, ¡también escucho niños!’ Y fue entonces cuando pensé, no sabía qué más decir, excepto decir ‘¿Hola?’ “, Dijo Montoro.” Y entonces fue cuando vimos a Braxton sacar la cabeza por el agujero y me dijo: ‘Hola. chicos!
El equipo corrió a toda velocidad y se concentró en esos niños, que se encuentran a unos cuatrocientos metros de su hogar.
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“Entonces, no puedes ver a izquierda o derecha y gritamos, ‘¡Los tenemos! ¡Los tenemos! Y se podía escuchar la emoción de todos. Los muchachos de aquí estaban todos abrazándose y chocando las manos ”, recordó Montoro.
Kuehner dijo que los dispositivos GPS usados ??por varios buscadores muestran los caminos que los equipos tallaron por el bosque. Pudimos seguir ese camino mientras nos dirigíamos de regreso al bosque con rescatadores a la ubicación exacta donde se encontraron a los niños.
“Como puede ver, esa no es una casa de bombas. No es una casa de perro. Es una caza ciega, pero nunca vimos el otro lado de ella ”, explicó Montoro.
Su enfoque estaba en cambio en los niños. Tenían golpes, moretones, rasguños y picaduras de mosquitos. Ninguna de esas cosas era potencialmente mortal, pero los rescatistas tenían una preocupación.
“La única preocupación real que teníamos, y le avisamos a la sala de emergencias en [UF Health], es que bebían agua del suelo”, dijo Montoro.
Los niños pasaron dos noches en el hospital y fueron dados de alta el 19 de diciembre.
“Yo, todavía no he dormido en unos cuatro días”, admitió Montoro. “Todavía estamos muy emocionados”.
Los tres bomberos describieron la búsqueda de Bri’ya y Braxton como “un increíble esfuerzo de equipo”, y agregaron que era “algo increíble de lo que formar parte, incluso antes de saber que los teníamos”.