Luis Barragán: De un 19 de abril coronoviral (o los muelles morales)

Luis Barragán: De un 19 de abril coronoviral (o los muelles morales)

 

Olvidando los hazañosos orígenes republicanos, la mayoría de los venezolanos hicieron de las fechas patrias una esperada ocasión para el asueto, relegados los gobiernos de turno al cumplimiento del ritual. El largo y exitoso período del rentismo petrolero, contribuyó a la ilusión de una riqueza ilimitada que, de un modo u otro, afectó nuestra propia identidad, trastocada la historia en una crónica tediosa y ajena.





La vieja ilustración de Pedro León Zapata (El Nacional, Caracas, 19/04/1988) que, al mismo tiempo fue denuncia de un proceso de descomposición, por cierto, apenas esbozado, luce demasiado elocuente. Conminado a regresar al cabildo, refiere el humorista, Emparan pregunta “¿cuánto hay pa eso?”.

Nada casual, quedó así constancia de una realidad que exigía de la rápida reorientación y transformación del país, suficientemente advertida por los expertos respecto al inevitable período post-rentista que, desde entonces, ya explicaba los más profundos dramas compartidos. Sin embargo, frustrados los esfuerzos de modernización y de apertura económica de inicios de la última década del siglo XX, precisamente, en nombre del patriotismo irredento, surgió la estafa socialista del XXI que nos hizo más ultra-rentistas todavía, despilfarrando demencialmente lo que por fortuna agigantó nuestras arcas y, faltando poco, procurando falsear un pasado histórico que ya a muy pocos convence, domiciliados exactamente en una catástrofe humanitaria a la que se suma ahora la pandemia.

Confinados en nuestros hogares, la más elemental, previsiva y auto-disciplinada medida ante un Estado negador de los servicios públicos indispensables y cuyos agentes preguntan cuánto hay pa’eso por unas gotas dolarizadas de gasolina, traficando – así – con la desgracia ajena, emerge un movimiento espontáneo de recuperación y valoración de lo que remotamente fuimos. Los sucesos históricos de 1810, con la mirada puesta en el presente, nos alerta de una extraordinaria convicción republicana que caminó hacia la libertad e independencia, decidida y firme, que no reparó en sacrificio alguno para convertir en realidad los sueños que, no hay otra opción, realizamos sólo a punta de realidades.

Constituido el nuevo gobierno, a través de José de las Llamozas y Martín Tovar Ponte, en fecha 27/04/1810 se dirige a los cabildos de las principales capitales americanas: “Caracas debe encontrar imitadores en todos los habitantes de la América, en quienes el largo hábito de la esclavitud no haya relajado todos los muelles morales” (Santos Rodulfo Cortés, “Antología documental de Venezuela 1492-1900”, Editorial Pregón, Caracas, 1971: 244 s.). Hoy, en tiempos de coronavirus, ojalá también seamos precursores de la definitiva liberación de la peste totalitaria, afianzados por el profundo convencimiento de una ética que reclama cordura y audacia política, encausando el inmenso sacrificio que aún hacemos los venezolanos.