La gravísima situación que vive Venezuela nos lleva a plantear una necesaria precisión. El país no está en riesgo de caer en una dictadura, Venezuela es una dictadura hace bastante tiempo. Aún más, Venezuela actualmente es en realidad un “Estado Fallido”, siendo más grave y preocupante.
Un fenómeno como el “Estado Fallido” constituye una tragedia humanitaria, política y económica mayor que las dictaduras tradicionales. Su único objetivo es perpetuarse en el poder como sea, dejando a un lado el bien común de las personas. Constituyen un peligro no solo para su propio pueblo que es víctima de atropellos sistemáticos a los DD.HH., sino que para la región continental completa, porque bajo su alero se cobijan el terrorismo y otros males, generando migraciones de personas en masa, como la actual crisis humanitaria reflejada en el éxodo de venezolanos por las fronteras, muchos de los cuales han migrado a Chile en búsqueda de paz.
No obstante, el riesgo más terrible es la inexistencia de un retorno cierto. Los “Estados Fallidos” no pueden volver a la vida democrática por sí solos. Por definición, estos Estados no generan internamente ninguna clase de instrumentos para retomar el rumbo democrático; por el contrario, los destruyen, tornándose así crucial la ayuda de la comunidad internacional.
No se trata de que “ahora sí” Venezuela es una dictadura. Es un proceso de años, donde se ha quebrado el Estado de Derecho, manifestado en lo que hemos presenciado últimamente: más de un centenar de muertes de personas inocentes y miles de detenidos solo en los últimos cuatro meses, más la imposición de una Asamblea ilegítima, que solo viene a profundizar la crisis.
Ana Julia Jatar, economista (Hermana de Braulio Jatar)
José Ignacio Concha, abogado